sábado, 8 de junio de 2013

La Compañera del Lobo, I Parte

Capitulo Único


Fuertes manos se deslizaron por su piel, deliciosamente lentas, torturándola llevándola al borde del placer, gemidos y gruñidos, su piel ardía casi sofocándola obligándola a abrir la boca en un intento por tomar aire, carne chocando contra carne una y otra vez, el éxtasis los envuelve casi llevándolos a la locura, la semi-oscuridad de la habitación hace mucho más intensa la experiencia y las sensaciones, solo sintiendo y escuchando…

-          ¡Nova! – su rostro sonrosado se elevo bruscamente, el libro cayo contra el suelo con un ruido sordo, la cara de Jane no presagiaba nada bueno – ¿Por qué rayos no te has vestido? Vamos a llegar tarde.
-          No voy a ir Jane y no hay nada que puedas hacer para obligarme – se cruzo de brazos enfatizando sus palabras, de ninguna manera saldría del apartamento enfundada en ese pedacito de tela que su amiga llamaba disfraz.
-          ¡Oh vamos! No seas mojigata y vístete, has estado de duelo demasiado tiempo
-          ¿Quién dice que estoy de duelo? – puso los ojos en blanco ante la estúpida teoría, era irritante que nadie terminara de entender que ella ya había olvidado al bastardo de Howard, su ex prometido… habían pasado 2 años desde la última vez que había estado cerca del imbécil que la había dejado por su secretaria, en ese tiempo ella había sido ingenua y muy crédula y Howard había sabido controlarla, manipularla de manera magistral y ella como un inocente borrego se lo había permitido…
El vil bastardo la había traicionado llevándose el fondo de sus ahorros y huyendo a algún lugar del Caribe con Jessica su operada y rubia secretaria, ella había llorado y maldecido todo lo que quiso y finalmente lo había superado, pero al parecer su mejor amiga no y aun lo esperaba dispuesta a castrarlo.
-          Sabes que quieres ir, deberías aprovechar y hablar con el jefecito.
-          ¿De qué rayos hablas? – su ceño se frunció
-          De tu amor por cierto sexy abogado, claro – aclaro su garganta de manera dramática, nova sentía su cara arder de nuevo – deberías venir y aprovecharte de tu querido James.
-          Estas viendo cosas donde no las hay – recogió el libro del suelo, hacia casi un año que había podido abrir la cafetería en la planta baja del edificio donde estaba ubicado el despacho de abogados donde James Davis era el socio principal, la cafetería “Small Pleasure” o dulce placer era su orgullo, había tenido que vender su auto, su  apartamento y mudarse con Jane así como también pedir un crédito al banco que aun no terminaba de pagar, pero había valido la pena. A sus 28 años y con una licenciatura en administración ella preparaba sus propios postres y administraba de manera diligente su propio negocio,  y eso la llenaba de mucha satisfacción.
-          No me tomes por idiota Nova Grant, solo ven conmigo a la fiesta y cumple tu deseo.
-          ¿Cuál deseo? – ella no era ninguna tonta pero no necesitaba que su amiga se convirtiera en cotilla…
-          Ese donde tienes a James Davis amarrado a una cama mientras lo lames por completo.
-          ¡Oh por Dios! No puedo creer que dijeras eso – las dos se soltaron a reír a carcajadas… aunque su fantasía no estaba lejos de la afirmación de Jane solo que era ella quien quería estar amarrada a la cama mientras el sexy James se dedicaba a darle placer, se limpio las lagrimas del rostro – no soy precisamente su tipo de mujer – levanto las manos para callar a Jane – y no estoy diciendo que quiera serlo.
-          Tu lo amas y serías mejor para el que la zorra de Amber Baker, esa mujer no conoce el significado de piérdete y no estoy interesado… es enserio.
-          Bien, ese no es mi problema Jane
-          Tienes el autoestima por el suelo amiga... suéltate el moño, vive un poco.
-          Solo tengo sentido común suficiente para no hacerme vanas ilusiones – su expresión cayo un poco, se había enamorado pero sabía que no sería correspondida – no estamos en el mismo circulo, he visto las mujeres con las que sale y son hermosas.
-          Tu lo eres – Nova mordió su labio inferior con fuerza, ella era lo suficientemente madura como para afrontar que él jamás giraría en su dirección… ¡Arg! Necesitaba dejar el pesimismo, auto compadecerse solo la dejaba sintiéndose más patética.
-          De acuerdo voy a ir contigo a la dichosa fiesta, solo si dejas de decir estupideces… no tardo… – caminó hacia su habitación, siempre terminaba cediendo porque Jane era demasiado insistente, Urgh… ella solo quería quedarse en casa, comer deliciosa comida chatarra, leer un libro erótico y tomar algunas copas de vino… Su seño se frunció mientras estudiaba detenidamente el disfraz sobre la cama cortesía de su mejor amiga, se desnudo con rapidez y entro a la ducha sin perder más tiempo… el agua caliente relajo sus músculos haciéndola estremecer, no había tenido sexo desde mucho antes de que su relación con Howard terminase. Tal vez Jane tenía razón y ella solo necesitaba sexo, puro, salvaje y desinhibido sexo con un desconocido.
Aunque debía reconocerse a sí misma que solo había una razón por la quería ir a la dichosa fiesta, poder ver al sexy y brillante abogado James Davis principal socio de la prestigiosa firma de abogados Davis & Rivers, llevaba demasiado tiempo enamorada de un hombre que no sabía ni que existía… si definitivamente tenía que seguir adelante con su vida y olvidarse del ardiente abogado pero no sin antes verlo una última vez, era patético pero no había nada que quisiera hacer para cambiarlo.
Presentarse a trabajar todos los días era un placer y una tortura todo en un solo paquete, verlo con aquellos impecables trajes era siempre gratificante, era un hombre con 1.78 de estatura, hombros anchos  y un cuerpo musculoso o eso se imaginaba porque nunca había tenido el placer de verlo sin los trajes y eso era muy decepcionante… intensos ojos azules, una hermosa cara angulosa y masculina y cabello negro sedoso... Mmmm hmmm…
James Davis la incitaba a hacer las cosas más sucias y deliciosas que su mente pudiera crear y a ella le había tomado todo su auto control refrenar el deseo que sentía por él, su cuerpo vibraba, ardía por el de una manera que la asustaba… Un par de meses atrás le había puesto nombre a todas las sensaciones que le producía la sola mención de su nombre, se había enamorado de él, no solo era un hombre extremadamente guapo, ella lo observaba todos los días y escuchaba todo lo que tenían para decir de él y en todo este tiempo había aprendido a conocerlo y sabía que era un hombre atento y caballeroso, serio pero con un buen sentido del humor, leal y con una sonrisa que era capaz de derretir cualquier tempano de hielo y ella lo amaba aunque su intensa investigación sobre él la habían hecho sentir como una acosadora. Lástima que para James ella no existía, jamás había dado señales de conocerla y ella había aprendido a vivir con ello.
Dejo escapar un suspiro lastimero mientras se colocaba la ropa interior, porque era adicta a la ropa interior sexy era su pequeño secreto y le encantaba, se sentía segura de sí misma al tener el encaje rosando su piel bajo la ropa, el corsét tipo top de un inmaculado color blanco y una diminuta tanga a juego, medias a mitad del muslo, sensual y delicada, la ropa interior perfecta para acompañar el diminuto traje de marinera… El pequeño vestido se amoldaba a la perfección, blanco a mitad del muslo con lindos detalles en azul, acomodo el coqueto sombrero de lado sobre su cabeza dejando su cabello castaño suelto caer en suaves hondas sobre su espalda, se maquillo ligeramente solo para acentuar sus rasgos y resaltar sus ojos color violeta y se calzo con los lindos zapatos de tacón blancos que acentuaban sus piernas.
-          ¡Sexy! Aunque las botas te hubieran lucido mejor – dejo escapar un bufido nada femenino ante la efusividad de su amiga, levanto una ceja cuestionando el  minúsculo traje de diablesa de Jane quien solo se encogió de hombros mientras hacia una mueca divertida.
-          Confórmate  con que me haya embutido en este trapito – señalo el atuendo de su amiga con una sonrisa en su rostro, la señalo con el dedo – Muy cliché uh…
-          Pero a mí me queda mejor… andando – Jane dio una palmada entusiasta y abandonaron el apartamento con dirección al club donde tendría lugar la fiesta, Jane trabajaba como la asistente personal de John Rivers el otro socio de la firma de abogados y también el mejor amigo de James y la fiesta de esta noche era para festejar el 5° aniversario de la firma y por lo que ella sabia los disfraces y que el lugar escogido fuera un club nocturno eran cortesía de John, se les había permitido a los empleados llevar a un acompañante y ella sospechaba que se lo tomarían muy enserio… por lo que ella sabia James estaría con Amber Baker la hija de uno de sus clientes más importantes y una completa perra, sacudió la cabeza alejando los pensamientos de su cabeza, esta noche no iba a pensar en el, solo iba a divertirse como nunca y culminaría la noche con sexo alucinante, punto...


***

La vida de James Davis apestaba, esta era la tercera vez desde que había comenzado la dichosa fiesta que tenía que esconderse de Amber, su padre era uno de los principales clientes del bufete y había sido él quien la había traído un par de veces a las reuniones mientras resolvía su 4 divorcio, Dominic Baker era un hombre serio y bastante agradable pero su hija era la mujer más exasperante que había conocido nunca, no terminaba de entender que él no quería nada con ella y ya no había forma delicada en que el pudiera quitársela de encima, tal vez había llegado la hora de hacerle caso a John y mandarla a la mierda sin contemplación alguna. Al principio le había parecido entretenido pero ahora comenzaba a exasperarse enserio.
Dos días antes había captado el olor más delicioso que sus sentidos hubieran tenido la oportunidad de percibir, la erección había sido instantánea y el lobo en su interior se había removido inquieto y gimoteado de puro placer, su compañera, había salido a reunirse con un nuevo cliente en un restaurante cercano al bufete y luego había caminado de regreso y entonces el viento había traído el delicioso olor a vainilla y canela mezclado con el aroma propio de su compañera, estaba seguro de que era ella porque un lobo lo sabía por instinto, sin perder tiempo había seguido el olor entre la gente que llenaba la acera y la había tenido tan cerca pero Amber salida de quien sabe donde se había colgado de su cuello y el fuerte aroma de su perfume había anulado de golpe todo los otros olores, parecía que la mujer se había bañado por completo en la apestosa colonia y él había perdido cualquier rastro del olor de su compañera.
Después de abandonar montana y a la manada en la que había crecido para comenzar en New York completamente solo había sido la mejor solución puesto que sus instintos como alfa chocaban constantemente con las órdenes de su padre, dos alfas no pueden pertenecer a la misma manada porque tarde o temprano la confrontación sería inevitable sin importar si eran padre e hijo. Había conocido a John en la universidad y la afinidad fue instantánea los dos eran miembros de familias muy adineradas, se habían cuidado las espaldas uno al otro y juntos fueron un frente común contra las falsas amistades que el dinero puede ofrecer y aunque al terminar la carrera el había vuelto a montana se habían mantenido siempre en contacto.
Cuando decidido abrir el bufete no había dudado ni un segundo en llamar a su amigo y ofrecerle la sociedad, ahora celebraban no solo el aniversario sino también el prestigio y respeto que se habían ganado a pesar de ser el bufete más joven en la ciudad, a sus 32 años como hombre y abogado se sentía realizado pero como cambia formas había sentido que algo le faltaba hasta que había capturado la esencia de su compañera y el lobo había aullado en reconocimiento.
Así que ahora viajaba en solitario pero seguía manteniendo contacto con su familia y su antigua manada, su madre siempre pendiente de él y hostigándolo para que buscara a su compañera estaba loca por tener nietos, estaba seguro que cuando se enterara de su hallazgo estaría feliz, dejo escapar un lento suspiro, ahora necesitaba encontrar a su compañera porque de lo contrario enloquecería.
El club estaba a reventar, aun no entendía como se había dejado convencer por John para venir a la fiesta de disfraces aunque se había negado rotundamente a disfrazarse. Se llevo el vaso a los labios mientras recorría con la mirada el lugar, el whisky quemo su garganta dejándole una deliciosa sensación… observo detenidamente a las personas en la pista de baile, una lenta sonrisa divertida se extendió por su rostro mientras veía los disfraces más absurdos y locos que uno se pudiera imaginar.
-          Esta fiesta es genial, deberíamos celebrar aniversarios más seguido – James negó divertido ante la actitud de su amigo – hay demasiadas diablesas y conejitas… Ummm… delicioso.
-          Eres un pervertido – la música era ensordecedora, a medida que avanzaba la noche el olor a sexo y sudor llenaban sus sentidos con mucha más fuerza, a veces tener un súper olfato lo ponía en situaciones muy incómodas.
-          Problemas justo al frente – gimió de frustración, su mandíbula se tenso… había pensado que estaría a salvo en la zona VIP, lejos de Amber y sus intensiones pero la mujer parecía ser más fuerte que el mismo odio, caminaba hacia ellos moviendo exageradamente las caderas y enfundada en un pequeño traje de enfermera, no pudo evitar poner los ojos en blanco… afortunadamente alguien se interpuso en su camino desviando su atención y el pudo respirar tranquilo pero necesitaba escapar cuanto antes, era irónico que siendo un cambia formas huyera de una mujer pero a veces la retirada era la mejor estrategia.
-          Esa mujer me hará cometer un asesinato – John se carcajeo de lo lindo a su costa, se cruzo de brazos mientras su seño se fruncía y estaba por soltarle algún insulto lo suficientemente fuerte como para callarle la boca cuando la fuerte esencia lo golpeo con la fuerza de un tsunami…
Las aletas de su nariz se agitaron con fuerza y su erección fue instantánea presionando con fuerza contra la cremallera de su pantalón, su compañera estaba en el bar y por lo que podía oler ella estaba en celo, el lobo se irguió gimiendo… el delicioso olor a vainilla y canela inmundo sus fosas nasales y sus músculos se tensionaron en evidente anhelo.
-          Ya vuelvo – John apenas le dio un asentimiento con la cabeza, su completa atención puesta en la morena que baila sensualmente con un sujeto demasiado idiota para merecerlo. Diviso a Amber retomando el camino hacia ellos de nuevo así que escapo con rapidez.
James se movió con fluidez entre la multitud, concentrándose en encontrar a la dueña de ese delicioso aroma que ya comenzaba a desvanecerse, aspiro con avidez no dispuesto a dejarla escarpar de nuevo.


***

La música sonaba a todo volumen y sin interrupción, la fiesta estaba en pleno apogeo y parecía que no tendría fin… el ruido de copas chocando, las risas y gritos así como el constante parpadeo de las luces comenzaban a darle dolor de cabeza.
Tomo un nuevo trago de su vaso de vodka y dejo escapar un suspiro de cansancio, tenían una hora entera dentro del club pero ella ya estaba cansada y es que definitivamente este ambiente no era lo suyo… se había mantenido alejada en un intento por pasar desapercibida y estaba teniendo éxito, bueno más o menos, el tipo a su derecha en la barra comenzaba a inquietarla con la insistente mirada.
El club estaba a reventar los empleados del bufete parecían haberse tomado muy enserio el invitar a amigos y conocidos, ella ya había reconocido muchos rostros que veía a diario entrar a su cafetería. Trato de estirar un poco más la corta falda de su vestido acomodándola en su regazo pero era inútil, tal vez si era algo mojigata o solo era la mirada asquerosamente lesiva del sujeto que la hacía sentir desnuda y muy incómoda.
Dejo escapar un suspiro de aburrimiento, ella de verdad había tenido la intensión de divertirse y terminar la noche con algún sexy desconocido, simple y sin complicaciones pero simplemente no podía hacerlo el sexo casual no era lo suyo. Se llevo la copa a los labios de nuevo mientras veía a Jane acercarse con una enorme sonrisa hacia ella.
-          Tu cara me lo dice todo – solo pudo encogerse de hombros, no había porque mentir su amiga la conocía muy bien, por lo menos no podrían acusarla de no intentarlo – necesitas divertirte, has estado encerrada en el trabajo sacando adelante la cafetería sin descanso por un año entero…
-          Estoy bien ¡Dios! Es solo que esto no es lo mío… aun no entiendo cómo me deje convencer – Jane resoplo ignorando su último comentario – en fin regresare a casa.
-          ¿estás segura? – no pudo evitar sonreír ante la preocupación en el rostro de su amiga, asintió lentamente.
-          Si, solo iré a casa – puso los ojos en blanco ante el puchero de su amiga, a veces podía ser tan infantil – estaré bien, tu diviértete.
-          Está bien… pero envíame un texto en cuanto llegues y llévate el auto, esta noche no voy a necesitarlo Ummm… – Jane movió las cejas sugestivamente mientras sacaba la llave de pequeño bolso que traía colgado y dejaba caer las llaves en su palma, Nova exploto en carcajadas sin poder evitarlo.
-          Si mamá – dejo la copa sobre la barra y abrazo a su amiga, ella solo había traído su celular y lo había dejado en la guantera del auto de Jane tal vez de manera inconscientemente sabía que estaría de regreso en el departamento temprano y sola, antes de salir observo a su amiga coquetear con un castaño disfrazado de vampiro que parecía bastante atractivo.
Suspiro lentamente en cuanto estuvo fuera la noche estaba tranquila lejos del bullicio del club, camino hacia el aparcamiento aun metida en sus pensamientos cuando una mano topo su boca mientras un brazo se cernía sobre su cintura apretando su cuerpo contra otro mucho más grande, el fuerte olor a  alcohol la envolvió.
-          ¿a dónde vas preciosa? – reconoció la voz inmediatamente, el hombre que había estado desnudándola con la mirada todo el tiempo que había estado adentro se le había acercado en una oportunidad intentando ligar con ella, amablemente le había dicho que no pero parecía que no lo había aceptado porque era su voz, estaba completamente segura, forcejeo contra su captor intentando gritar a través de la mano que se lo impedía – no, no, no… tu y yo vamos a dar un largo paseo.
Esto no podía estar pasándole, las lágrimas se agolparon en sus ojos mientras era arrastrada hacia un callejón cerca del edificio del que acababa de salir… iba a ser violada y asesinada podía sentirlo que otra razón tendría para arrastrarla hacia el callejón, afirmarlo con cada fibra de su ser, su corazón se encogió ante la mortal sentencia…

***

Había seguido el olor hasta la barra solo para encontrarse con Jane Winston, su seño se frunció ligeramente porque conocía a la mujer y su aroma característico, la veía todos los días en el trabajo porque era la asistente de John y jamás había sentido nada por ella en ningún otro sentido a parte del laboral además ella no olía a vainilla o canela. Ella estaba acompañada de un hombre con claras intensiones de terminar su noche con ella y no precisamente durmiendo, pudo ver como sus ojos se agrandaron un poco cuando se percato de su presencia y dando un paso atrás apartándose un poco del sujeto, el solo asintió en reconocimiento en su dirección…
El movimiento de la puerta capto su atención, una pequeña ráfaga de aire se coló trayendo la deliciosa esencia hacia el de nuevo. Se movió con rapidez hacia la puerta no dispuesto a dejar escapar de nuevo, la noche estaba silenciosa, la luna estaba en lo más alto del cielo dominándolo por completo y ofreciendo un hermoso espectáculo.
El ruido de arrastres atrajo su atención hacia su derecha para ver como arrastraban a una  mujer hacia el callejón al lado del club, una nueva ráfaga de viento envió el delicioso aroma de su compañera en su dirección con mucha más fuerza y entonces gruño porque la mujer que estaba siendo atacada era su compañera.
La vio forcejear con fuerza pero el sujeto era más fuerte que ella sin perder tiempo comenzó a caminar hacia ellos, ella logro soltarse y entonces bastardo la golpeo con tal fuerza que cayó inconsciente sobre el pavimento. La furia exploto a través de su cuerpo con él poder de una súper nova, la adrenalina corrió como fuego por sus venas y todo se volvió rojo mientras su instintos tomaban el control total de su cuerpo, se movió con rapidez mientras él calor recorría su piel y en cuatro zancadas cubrió la poca distancia transformándose en el proceso en una explosión de jirones de ropa, clavo las garras en la espalda del hombre tirándolo con fuerza contra él suelo dejándolo como un muñeco desvencijado aunque aun respiraba.
Se cernió sobre el sujeto gruñendo enseñándole sus dientes y dispuesto a destrozarlo si se movía, el pequeño gemido lo hizo girar la cabeza hacia la mujer que estaba comenzando a incorporarse sentándose en el suelo, camino lentamente hacia ella colocando su cabeza en su regazo.
Sus ojos se clavaron en los más intrigantes ojos violetas que hubiera visto nunca, su cuerpo se relajo de inmediato mientras se recreaba en el rostro de su compañera… gruesas pestañas enmarcaban los preciosos ojos violetas, labios gruesos y rosados, sus mejillas sonrosadas aunque bañadas en lagrimas y los dedos del imbécil marcando su piel, reprimió un nuevo gruñido intentando no asustarla aun mas… la observo atentamente esperando su reacción.

***

El golpe en su rostro la había noqueado pero estaba segura de haber escuchado un fuerte gruñido antes de perder la consciencia. Se sentía mareada y le dolía el trasero, parpadeo varias veces antes de lograr enfocar la vista solo para encontrarse con los ojos dorados de un enorme perro que la miraba desde su regazo, se tenso por un momento algo asustada por el animal pero se relajo casi enseguida cuando su mente asocio el gruñido con el perro que ahora la observaba con tanta intensidad casi pareciendo un humano.
-          ¿Eras tú verdad? – sonrió mientras movía la mano lentamente hasta posarla en la cabeza del animal y acariciarlo tras las orejas – gracias.
Desvió la mirada mas allá para ver al sujeto tirado en el suelo entrecerró los ojos por un momento estudiándolo detenidamente hasta notar que si respiraba, se levanto con algo de dificultad y desandando el camino hasta donde había estado antes de que el cretino la atacara encontró las llaves tiradas en el suelo aunque no recordaba haberlas dejado caer.
Avanzo con rapidez hacia el auto aun con el perro pisándole los talones, abrió el auto se sentó en el asiento del conductor, tomando su celular de la guantera marco al 911 y mientras esperaba a la policía se dedico a acariciar al perro estudiándolo detenidamente, su salvador era un lobo de enorme tamaño tanto que se había sentado sobre sus patas traseras y su cabeza estaba a la altura de la suya, su pelaje tibio, suave y de color negro azabache, pero fueron los ojos azueles los que la dejaron intrigada… él sonido de las sirenas anunciando la llegada de la policía junto a una ambulancia la distrajeron por un momento, cuando giro de nuevo el lobo ya no estaba, extraño.
En la siguiente media hora la policía tomo su declaración, el sujeto solo tenía una contusión así que fue esposado y puesto en la parte trasera de la patrulla mientras ella explicaba todo lo que había pasado incluyendo el acoso dentro de la fiesta de disfraces y el posterior ataque así como la presencia del lobo que luego había desaparecido, estuvo agradecida de que tomaran su declaración en el aparcamiento y luego la dejaran marcharse sin hacer ningún escándalo, Jane jalaría sus orejas por no llamarla pero afortunadamente no había sido más que un buen susto… su mente no se aparto del hermoso lobo mientras recorría el camino hacia su apartamento.
Acababa de quitarse el vestido y el corsét liberando sus pechos y estaba por comenzar a quitarse el resto de la ropa interior dispuesta a ducharse cuando el timbre sonó, mordió su labio inferior debatiéndose entre abrir la puerta o ignorarlo pero el timbre volvió a sonar esta vez con más insistencia, tomo la bata de seda de un bonito color lila más larga que tenia y se encamino a abrir la puerta antes de que se fundiera el timbre.
Se quedo estática porque James Davis estaba parado frente a ella enfundado en unos vaqueros y una franela blanca viéndose sexy y muy, muy comestible. Lo observo detenidamente recreándose en sus facciones deteniéndose en sus ojos azules profundos e intensos. Dejo escapar un jadeo de manera audible mientras daba un paso hacia atrás.
-          Eras tú ¿verdad? – el solo asintió lentamente, su mirada cautelosa mientras cerraba la puerta tras su espalda… era inverosímil, imposible, impensable y sin embargo aquí estaba el afirmando su estúpida pregunta.
Había leído tantas historias eróticas sobre hombres lobos ¿sería posible? sabía que los ojos del lobo le habían parecido peculiares, conocidos y ahora que veía los de James podía entender porque, eran los mismos ojos, la misma intensidad.
-          No te asustes por favor – lo miro detenidamente conmovida por la emoción en su voz – si, era yo… ¿Estás bien? – asintió lentamente, era real, se mantuvo en silencio esperando el miedo o la histeria llegaran a ella después de todo el estaba afirmando que era un hombre lobo y por extraño que pareciera ella le creía, la había salvado de una horrible experiencia y tal vez de una muerte espantosa ¿Cómo podía tenerle miedo? pero era real o solo se había dormido y lo estaba soñando.

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