Siempre Hay Esperanza...
“Existe
un instante en el que las estrellas brillan con más fuerza y los destinos se
fusionan, creando la unión perfecta…”
Dane
Carter ha estado casado con Kelly Tomas por cinco años, felices y plenos. Amigos
desde la infancia crecieron juntos porque vivían uno al lado del otro, novios
desde la escuela han sufrido altos y bajos en su relación. Han estado juntos en
los buenos y malos momentos dándose apoyo mutuo.
Cuando
los padres de Kelly murieron en un terrible accidente de auto cuando volvían a
su casa luego de la graduación de Kelly, ese accidente la dejo en coma un mes
entero y el siempre estuvo a su lado esperando y rezando porque despertara,
queriendo ser lo primero que ella viera al despertar y cuando lo hizo, cuando
sus preciosos ojos azules se abrieron por fin se había sentido el hombre más
afortunado del mundo al poder mirarlos de nuevo y perderse en su profundidad.
Había
permanecido a su lado durante tola la rehabilitación por las heridas dejadas
por el accidente, acompañándola a visitar la tumba de sus padres y consolándola
todo el tiempo que fue necesario, viviendo junto a ella su duelo,
confortándola, dándole abrigo, porque él la amaba más que a nada en el mundo y
por supuesto se había convertido en el hombre más feliz cuando ella había aceptado
su propuesta de matrimonio.
Ella
siempre estaba para él, amándolo de manera incondicional, siendo su soporte,
apoyándolo e incitándolo siempre a ser mejor persona, porque ella era su puerto
seguro y eso había quedado más que demostrado cuando su padre había muerto un
año a tras a consecuencia del cáncer de estomago y el casi se había derrumbado.
Afortudamente
Kelly lo había consolado y reconfortado. Porque ahora el solo la tenía a ella y
era la única mujer en la que confiaba después de todo su madre lo había
abandonado cuando apenas tenía seis meses de vida y su padre lo había sacado
adelante solo. Si, Dane era un hombre sumamente feliz y claramente consciente
de lo afortunado que era.
Se
apoyo en el marco de la puerta, sus ojos fijos en la hermosa mujer que
tarareaba una dulce melodía mientras le daba los últimos toques a la habitación
del bebe. El brillo en sus ojos, el halo a su alrededor la hacían aun más
hermosa con su pancita de ocho meses, la observo sentarse en la mecedora de
madera, un recuerdo de sus padres que Kelly adoraba con locura, en sus manos un
pequeño mameluco azul suave abrazado contra su pecho mientras se mecía
suavemente tarareando aun la tierna melodía. Tomando el celular de su bolsillo
trasero encendió la cámara grabando tan precioso momento no solo en su memoria,
ella le envió una sonrisa en su dirección cuando por fin noto su presencia.
-
Hola tu extraño ¿Ahora eres un mirón
pervertido? – le lanzo un beso mientras se reía divertida, su risa que parecía
el sonido de campanitas siempre calentaba su corazón.
-
Quiero guardar este momento de manera
permanente.
-
Bueno el bebe llegara muy pronto… soy
tan feliz Dane.
-
Yo también preciosa y todo te lo debo a
ti… ahora cumple con los deseos de este extraño pervertido y canta otra vez…
-
Está bien – el amor en su mirada siempre
lo hacía sentir un suertudo – los amo a los dos.
-
Yo también te amo.
-
De acuerdo – ella comenzó a tararear
nuevamente mientras acariciaba la pequeña prenda sobre su estomago sin apartar
la mirada de él, un momento mágico, único grabado para siempre en algo más que
su memoria.
Las
cosas eran perfectas así, su hermosa esposa y su primer hijo en camino… nada
podría ser mejor y no iba a ser avaricioso pidiendo más cuando ya había
recibido muchos preciosos regalos de la vida.
***
No
pudo evitar sonreír al verla acurrucarse hasta hacerse una bolita bajo las
sabanas ahora que él no estaba allí para darle calor, tomando su bolso de
trabajo la miro por última vez antes de salir por la puerta, estaba algo
ansioso y preocupado por ella y el bebe, la fecha de parto de Kelly había
pasado ya pero parecía que el bebe tenía sus propios planes puesto que aun no había
querido nacer aun.
Mientras
avanzaba por la carretera hacía la escuela esperaba fervientemente que cuando
llegara el momento estuviera presente, no le gustaba la idea de que ella
pudiera enfrentarse a todo sola cuando él estaba allí más que dispuesto. Le
gustaba su trabajo como entrenador del equipo de baloncesto, se había sentido
realizado cuando había regresado a su anterior escuela como maestro, le gustaba
el deporte y poder compartir sus conocimientos era una buena cosa.
Saludo
a algunos maestros a su paso hacía el gimnasio para comenzar el día, tal vez se
sintiera tan bien volviendo a su antigua escuela porque solo le traía muy
buenos recuerdos y todos protagonizados por Kelly claro, muchos pensarían que
casarse con su novia de la escuela era un mal cliché pero él lo veía como la
mejor decisión que hubiera tomado nunca en su vida y de la cual no se
arrepentía.
A
lo largo del día había comenzado a sentirse algo inquieto, como si algo
importante estuviera por pasar pero no podía pensar en nada más que el hecho de
que la extraña sensación estuviera relacionada con Kelly… los chicos del equipo
trabajaron rápido y de manera diligente y estaba agradecido por ello, eran
buenos chicos algo rebeldes pero quien no lo es en la adolescencia y el tenia
mucha experiencia en ello.
Se
había casado a los veintiuno nada más graduarse de la universidad y ahora a sus
veintiséis se veía recompensado con todas las cosas buenas que tenía.
Ocho
horas después estaba de vuelta en el auto y de camino a casa queriendo llegar
lo antes posible junto a Kelly y el bebe, el nudo en su estomago se apretaba
más y más ý no le gustaba para nada la sensación así que quería llegar lo más
rápido que el auto le permitiera.
En
cuanto cruzo el umbral de la puerta supo que toda su ansiedad estaba más que
justificada porque su preciosa esposa estaba encorvada sosteniendo su estomago
mientras intentaba llegar al teléfono… no perdió tiempo en nada más, la tomo en
brazos con rapidez evitando resbalar con el charco de agua en el medio de la
habitación.
-
Rompí fuente Dane, me duele mucho…
-
Tranquila cariño, vamos al hospital y
todo estará bien lo prometo – ajustándole el cinturón de seguridad se precipito
a toda velocidad hacía el hospital, tomando la autopista como si de una pista
de carrera se tratase.
Grito
mientras se bajaba en la entrada de urgencias aliviado de ver a los enfermeros
correr con una silla de ruedas hacía ellos, acomodo a Kelly y siguió la silla
dentro del hospital no dispuesto a separarse de ella.
Protesto
y gruño todo lo que quiso pero ni así lo dejaron entrar al quirófano después de
descubrir que había complicaciones serias con el parto.
Se
deslizo por la pared hasta sentarse en el suelo mientras esperaba por noticias,
alguien tenía que apiadarse de su histeria y decirle que Kelly estaría bien,
que todo estaría bien…
Las
horas que siguieron fueron eternas mientras esperaba intentando ser paciente,
tratando de auto convencerse de que todo saldría perfectamente.
Tenía
esperanza de que todo lo que estaba pasando no sería más que una anécdota que
contarían a su hijo en el futuro, porque no podía pasarle nada malo a Kelly, el
moriría si algo le pasara a la mujer que amaba, estaría totalmente perdido sin
ella…
Levanto
el rostro con violencia cuando una mano sacudió su hombro llamando su atención,
se puso de pie rápidamente observando al médico con suma atención.
-
¿Cómo esta Kelly y el bebe?
-
El bebe está bien, ahora lo están
limpiando, midiéndolo y pesándolo… es un bebe muy sano…
-
¿Kelly? ¿Cómo esta mi esposa?
-
Lo siento mucho pero… – Dane dejo de
escuchar, sus oídos parecieron llenarse de aire y todo comenzó a dar vueltas a
su alrededor.
Todo
fue en cámara lenta, se apoyo contra la pared mientras palabras a la zar
entraban en su mente atravesando la bruma que lo embotaba, Kelly estaba muerta,
hemorragia, paro cardiaco…
¿Cómo
era posible? Ella no tenía problemas del corazón, el lo sabía porque era su
esposa y sabía todo sobre ella.
Todo
fue como un borrón después de eso, fue consciente de tener al bebe entre sus
brazos, de salir del hospital, del funeral de Kelly… se sentía solo y muy, muy
perdido ¿Cómo podría seguir adelante sin ella? ¿Cómo tener esperanza cuando se
sentía completamente destruido? Y su hijo, estaba furioso con el bebe ¿Cómo
podría amarlo cuando Kelly había muerto dando a luz, dándole la vida a costa de
la suya? Tal vez estaba siendo injusto pero no se sentía bien con él, no lo
quería cerca, solo quería a Kelly de vuelta.
***
El
llanto estridente y desesperado del bebe le sobresalto, resoplo mientras se
dejaba caer de nuevo contra la almohada cansado y demasiado exasperado para
seguir soportándolo, sobre la mesa de noche descansaba el folleto con la
información necesaria para tramitar una adopción.
Estaba
desesperado por acabar con todo el dolor que lo consumía, no podía tenerlo
consigo, se sentía roto e incapaz de quererlo… se sentó en la orilla de la cama
meciéndose los cabellos mientras el llanto se hacía cada vez más intenso, lo
único bueno que podía darle era entregarlo en adopción a una familia que si lo
quisiera ¡Dios! Ni siquiera le había puesto un nombre.
Camino
con parsimonia hasta la habitación del bebe, en la cuna este se retorcía y
lloraba sin descanso, lo tomo en brazos y camino hasta la cocina donde le
preparo un nuevo biberón y le dio de comer aun en transe, lo dejo de nuevo
sobre la cuna y volvió a su habitación dejándose caer sobre la cama con la
mirada gacha, odiaba sentirse un desarmado pero extrañaba tanto a Kelly y por
más que lo intentaba no lograba sacarse el resentimiento que sentía por el
bebe, su mirada volvió a caer sobre el folleto sintiendo el nudo en su corazón
y estomago ¿Sería capaz de apartarse de su bebe? No podía dejar de sentir que
todo era culpa de su hijo y eso estaba
atormentándolo ¿Cómo podría superar todo esto solo?
El
bebe comenzó a llorar con más fuerza esta vez, sintió que la ira lo invadía con
una intensidad que lo dejo abrumado, dejo escapar un fuerte grito intentando
descargar la rabia y el dolor, casi un mes entero de sentirse en el limbo y a
la deriva.
Camino
de regreso hacia la habitación del bebe, jalo su cabello con tanta fuerza que
lo sintió en su cuero cabelludo… sentía su corazón oprimirse con fuerza, como
si un puño invisible se cerrara sobre el ¿De verdad sería capaz de abandonar al
bebe?
Lo
tomo en sus brazos meciéndolo con algo de desesperación ¿Por qué no se callaba?
Ya lo había alimentado y cambiado ¿Qué mas podría querer? Regreso a su
habitación, tomo el folleto y su celular con la mano libre, tal vez había
llegado el momento de llamar, de decidirse a alejar el recuerdo tan vivo de la
partida de Kelly.
De
camino a la sala tropezó con el coche del bebe y el celular resbalo de su mano
estrellándose contra el pequeño parque del bebe, su corazón se detuvo.
***
La luna ya está en lo alto del
cielo,
Velando tú sueño con dulzura,
Ella quiere acompañarte en tus
sueños,
Quiere susurrarte al oído…
No temas a la oscuridad, pues la
luna siempre te cuidara,
Ella presta su luz para iluminarte
el camino,
Las estrellas también te acompañan
titilando felices,
En tu mundo de sueños, mientras
duermes…
La
dulce voz de su esposa emergía del teléfono móvil envolviéndolo por completo,
el bebe dejo de llorar inmediatamente, emitiendo suaves arrullos soñoliento
mientras se llevaba su pequeño puño a la boca.
Se
dejo caer al suelo apoyando la espalda contra la pared, coloco el teléfono
frente al rostro del bebe dejándolo mirar a su madre, el video que él había
tomado mientras ella se mecía feliz ahora calentaba su corazón y deshacía el
nudo en su estomago.
¡Jesús!
Que estúpido había sido, se sentía tan traicionado y molesto que solo había
tomado en cuenta su dolor, solo había necesitado oír nuevamente la voz de
Kelly, cantándole al bebe, hablándole de lo feliz que era y de lo mucho que
amaba a su hijo y el estaba allí casi a punto de entregárselo a otra familia.
Amaba
a Kelly con todo su ser y aun era muy pronto para dejar de sentir la dura
agonía, tal vez nunca pudiera dejar de sentirla pero el bebe era un pedacito de
ambos, del amor que se tenían los dos y el no tenía derecho a deshacerse de él
¿En que estaba pensando?
Dejo
el teléfono a un lado y apretó al bebe contra su pecho, oliendo su dulce aroma,
besando su frente…había estado tan equivocado, pero sin embargo Kelly volvía a
demostrarle que siempre había esperanza, que no había que darse por vencido,
más allá de la muerte ella le seguía demostrando que lo amaba, que seguía
siendo su apoyo y fortaleza.
Observo
el folleto nuevamente antes de arrugarlo y tirarlo al piso, negando lentamente
ante su inmadurez, nunca dejaría de amar a Kelly, nunca dejaría de recordarla y
añorarla pero ella se había asegurado de no dejarlo solo y había estado tan
ciego que no se había permitido verlo, afortunadamente para él ya había sacado
la cabeza de su trasero, ahora las cosas serian diferentes.
Sentía
que el último mes había estado muerto en vida, viviendo a través de una densa
bruma que poco a poco comenzaba a disiparse.
-
Tu padre ha sido un completo imbécil
pequeño – acaricio la sonrosada mejilla del bebe, sonriendo cuando este sonrió
en respuesta – Kevin, a tu madre siempre le gusto ese nombre… tu y yo ahora
somos un equipo…
Sonrió
de verdad por primera vez en semanas, su corazón inflándose con todo el amor
que tenia para dar, solo se había dejado aplastar por el dolor pero ahora sabia
que los tiempos oscuros habían pasado y que todo mejoraría a partir de allí,
ciertamente no sería fácil criar a Kevin solo, pero tenía la certeza de que su
amada Kelly siempre estaría allí apoyándolo, enviándole señales y cuidándolos.
Podía
hacerlo, estaba plenamente seguro de que él y Kevin lo lograrían, harían sentir
a Kelly orgullosa de ellos, elevo la mirada al techo enviando una silenciosa
plegaria y dando a su vez las gracias.
-
Quiero presentarte a tu mama – Tomo nuevamente
el teléfono reproduciendo por segunda vez el video que acababa de salvarle la
vida…
La
suave voz de su esposa se escucho de nuevo en toda la estancia, cerró los ojos
dejando caer la cabeza hacia atrás, contra la pared, las lagrimas deslizándose
por sus mejillas calientes al principio, frías al final, pero esta vez eran de
puro agradecimiento.
No,
no sería una tarea fácil pero estaba dispuesto a enfrentarla y salir airoso,
por Kelly, por Kevin, por su pequeña familia… la vida le había demostrado una y
otra vez que cuando se cierra una puerta siempre se abre una ventana, no
siempre todo está perdido.
Porque
pase lo que pase, no importa que tan malo sea, siempre queda la esperanza…
siempre hay una nueva oportunidad.
FIN
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