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sábado, 8 de junio de 2013

Omega, VII Parte


***

Ben observaba atentamente a los dos hombres sentados uno al lado del otro narrando nuevamente las razones por las que se habían unido al grupo de Piers, aunque aún faltaba saber porque habían sido expulsados de sus antiguas manadas y porque habían decidido abandonar la causa de Jasón para confesarlo todo, bien una de las razones estaba clara, redimirse pero era claro que detrás de todo ello había algo más… su padre les había ofrecido un lugar dentro de la manada y estaba de acuerdo con ello pero aun necesitaba saber algunas cosas, la seguridad y protección de los suyos era lo primordial para él y necesitaba estar seguro de que todo estaría bien.
-          ¿Por qué fueron expulsados de sus manadas? Los otros dos tenían un enorme prontuario policial y muchos delitos en su haber, pero ustedes están limpios así que está claro que las razones fueron otras.
-          Bien… lo hice por no estar solo y al final solo me quede por Trey, salvarlo era mi única prioridad – Burt se removió incomodo en su asiento mientras Trey enrojecía furiosamente, John levanto una ceja en clara confusión – fui expulsado de mi anterior manada porque soy gay y Trey también lo es – silencio, bueno eso explicaba muchas cosas – somos pareja, aun no sabemos como sucedió pero estamos acoplados…
-          Vaya, eso sí que no lo vi venir – el comentario de Dominic uno de los betas de su padre arranco la risa general.
-          Burt nosotros no tenemos problemas con ello y créenos no serias el primer Were gay que conocemos, lamentablemente aun hay manadas muy cerradas de mente… reitero mi deseo de verlos convertidos en miembros útiles de esta manada.
-          Pero nosotros…
-          Entiendo lo que hiciste y porque lo hiciste… te agradezco que recapacitaras y me ayudaras a recuperar a mi pareja sana y salva – Ben no pudo evitar sonreír – todo está olvidado, sinceramente no veo ningún problema.
-          Quiero quedarme Burt – la voz de Trey floto en el aire y no pudo evitar mirarlo con curiosidad, era la primera vez que el hombre emitía palabra alguna.
-          Bien…
-          ¡Excelente! – el sonido de la puerta corto cualquier conversación que pudiera surgir, el olor característico de su compañera inundo la oficina en cuanto su padre dijo adelante y ella entro por la puerta buscándolo con la mirada.
Sonrió divertido al verla morderse el labio inferior con la duda reflejada en su bello rostro, abriendo los brazos la incito a acercarse sonriendo más ampliamente cuando ella se subió a su regazo pasándole los brazos por el cuello mientras enterraba el rostro en su hombro y el hacía lo propio en su cabello, su aroma lleno sus fosas nasales y su lobo se removió contento por tener a su compañera entre sus brazos… ella se movió y el no pudo evitar gemir de dolor porque con el movimiento había rozado la herida en su costado, los Were sanaban más rápido que los humanos pero aun así tardaría un poco en estar totalmente recuperado.
-          Estas lastimado – su voz fue apenas un susurro amortiguado puesto que aun no se había apartado de su hombro, no era una pregunta peo aun así asintió lentamente – te amo… gracias por salvarme.
-          Yo también te amo preciosa, siempre voy a cuidar de ti…
Le devolvió la sonrisa y el guiño a su padre quien estaba saliendo junto a los demás de la habitación en completo silencio dándoles privacidad… Sintió su pequeña mano serpentear entre ellos hasta su costado derecho tanteando hasta encontrar la herida protegida por gasas y la venda que atravesaba su torso y el calor que irradio de la palma de Tori le dio la respuesta que ya sabía, ella estaba usando su don curativo para sanarlo, podía sentir los pequeños jalones en su piel signo claro de que la herida estaba cerrándose… suspiro feliz absorbiendo el delicioso olor a lavanda, vainilla y canela de su compañera, no había otro lugar en el que quiera estar…


***


Doblo su ropa dejándola pulcramente acomodada en la parte trasera de la Suv de Ben, dos semanas después del ataque y su posterior rescate la manada de Great Falls estaba tranquila y feliz al recibir oficialmente a sus dos nuevos miembros Burt Wet y Trey Jones la primera pareja gay acoplada de la manada aunque no eran los primeros miembros que declaraban abiertamente ser Weres totalmente gay, su acoplamiento daba esperanzas a los otros de poder encontrar a sus parejas destinadas algún día... después de ofrecer el juramento al alfa y a la manada había llegado el momento de que corrieran por primera vez con el resto como miembros oficiales.
Tori se quito la ropa interior acomodándola con el resto de su ropa, puede que a los hombres no les importara desnudarse unos frente a otros y ya estaban en el claro esperando, ella tenía demasiado pudor para desnudarse frente al resto de la manada. Se concentro en el calor que recorría su cuerpo dejándolo fluir libremente por su piel, era una sensación maravillosa a la que ya estaba acostumbrada y completamente feliz le dio la bienvenida a el cambio.
En su lugar ahora estaba una hermosa loba de un inmaculado color blanco, sus ojos dorados brillando exponiendo su felicidad y regocijo mientras se unía al resto en la carrera… era su responsabilidad mantenerlos unidos y funcionando como uno solo, fortalecerlos y cuidarlos, y ella estaba más que feliz de cumplir con su destino… giro su cabeza clavando la mirada en el hermoso lobo negro que corría a su lado siempre protegiéndola… era feliz, definitivamente regresar Great Falls había sido la mejor decisión de su vida.

Fin

Omega, VI Parte


***

El día había estado lento y sumamente tranquilo y Tori lo agradecía bastante, un mes después de llegar a Great Falls se sentía plena y feliz con el rumbo que había tomado su vida. Acaricio distraída la pequeña cabeza del gatito en sus manos mientras su mente se perdía en los acontecimientos de las últimas semanas, cuarenta y ocho horas después de acoplarse con Ben ella había vivido su primer cambio y juntos habían corrido por el bosque sin restricciones y ella se había sentido libre y feliz…
Recordar la barbacoa y lo bien que lo había pasado hasta que Cindy Meltzer había hecho su aparición intentando a toda costa llamar la atención de Ben y de todos los hombres solteros en la reunión, al final se había marchado gruñendo amenazas después de ser reprendida severamente por John, nunca se debía intentar arrebatar una pareja cuando esta ya se había acoplado, hacerlo se consideraba traición y si ella no se quería ver sola y repudiada por la manada más le valdría comportarse, después de todo esa era una de las reglas más importantes y sagrada de los cambia formas.
Luego estaba su conversación con John quien ahora era su alfa oficialmente, había aprendido mucho en estas semanas sobre sus responsabilidades como Omega de la manada y lo importante que era que su condición se mantuviera en secreto, si bien el olor de un Omega era particularmente atrayente para otros Were al ser reclamado su olor cambiaba y podrían pasar tranquilamente desapercibidos… ahora los únicos que sabían de su condición y su don eran solo unos pocos, John como alfa por supuesto, Ben como su pareja y ejecutor de la manada, Liam como médico e hijo del alfa, los dos betas del alfa Dominic Paxton y Daniel Kell quienes también habían sido amigos de sus padres y por supuesto el resto de las mujeres de la familia O’ Brian, para ella aun eran muchas personas pero sabía que todas eran de entera confianza y eso la dejaba más tranquila.
Cerró los ojos por un momento al recordar que ahora también sabía la verdadera razón de la muerte temprana de sus padres, ahora tenía la certeza de que no había sido ningún accidente y que ellos habían sido emboscados y asesinados… después de la confesión de su suegro ella había estado furiosa y sin hablarle por dos días y eso había afectado un poco su relación con Ben y el resto de la familia, así que ella había visitado la tumba de sus padres en compañía de uno de los betas puesto que se negaban a dejarla sola en su estado vulnerable por la tristeza y allí arrodillada frente a las tumbas de sus padres ella había purgado su dolor y perdonado dejando todo en el pasado.
Extrañaba a sus padres y los extrañaría siempre pero no estaba dispuesta a guardarle rencor a las personas que habían intentado protegerla aunque la forma no hubiera sido la mejor… el pequeño gato se quejo en sus brazos sacándola de sus pensamientos, acariciándolo por última vez lo dejo en su jaula regresando a su oficina.
Se detuvo en el pasillo mirando hacia la calle a través de la pared de cristal de la clínica, se estremeció ligeramente porque la sensación de ser observada no la había abandonado muy por el contrario parecía haberse incrementado, negando lentamente empujo esos pensamientos a lo más profundo de su mente en un intento por olvidarlos. Entro a su oficina quitándose la bata blanca que utilizaba dejándola en el perchero en la pared al lado izquierdo de la puerta avanzando hacía su escritorio se desplomo en la silla dispuesta a terminar un par de informes antes de marcharse.
Amaba trabajar con los animales y tenía que admitir que a veces se llevaba mejor con ellos que con algunos humanos, ahora tenia de nuevo a una familia y estaba enamorada de un hombre maravilloso que correspondía a sus sentimientos, estaba muy agradecida por los regalos recibidos.
-          ¡Hey! – levanto el rostro de los papeles sobre el escritorio, Michael Nash el asistente de la clínica y único compañero de trabajo estaba en la puerta sonriente – son las cinco, archive los expedientes de tus últimos pacientes y ya no hay nadie más ¿Cierras?
-          Alguien tiene una cita hoy uh…
-          Algo de eso hay – no pudo evitar sonreírle, Michael era humano y desconocía por completo el secreto de Great Falls pero era el mejor asistente que hubiera tenido nunca, sincero, leal, risueño y divertido… con solo diecinueve años ya proyectaba el buen hombre que sería en el futuro .
-          Bien, solo termino este par de expedientes nuevos y me voy…
-          ¡Genial! Nos vemos mañana – lo observo salir en silencio, volvió a centrarse en las carpetas en su escritorio terminando algunas anotaciones… se movió hasta el archivador guardando las carpetas, estaba agradecida con su predecesor por dejar todo tan bien organizado porque gracias a ello no le había costado nada adaptarse al nuevo ritmo de trabajo… estaba por entrar de nuevo a su oficina cuando el ruido de las campanas de la puerta de entrada la hicieron detenerse, alguien había entrado o salido de la clínica.
-          ¿Michael? – el silencio fue abrumador, se movió con lentitud por el pasillo hacía la entrada – ¿Michael, eres tú? ¿Olvidaste algo? – no hubo respuesta, sus sentidos se despertaron alertas ante cualquier movimiento… al llegar al vestíbulo reviso lentamente el lugar, sus ojos y oídos en completa vigilancia pero solo estaba ella bueno tal vez solo lo había imaginado, debía reconocer que últimamente estaba algo paranoica. Se giro para volver a la oficina por sus cosas ya era hora de volver a casa pero no llego mas allá de un par de pasos.
Cindy estaba allí en el pasillo impidiendo su paso, sus ojos negros refulgiendo de odio mientras la miraba sonriendo con suficiencia… sus ojos se agrandaron al mirar al hombre que se acerco desde atrás por el pasillo abarcando todo el espacio, la sonrisa cruel que le dirigió no presagiaba nada bueno, su corazón se acelero con fuerza y sus manos comenzaron a sudar, necesitaba desvestirse para cambiar y defenderse porque estaba más que segura que la única persona que no era un cambia formas en la habitación era Cindy.
-          Te traje un regalito Victoria – la burla era palpable en la voz de la otra mujer, estaba claro que gozaba con lo que estaba pasando – vamos a dar un paseo, uno que nunca olvidaras – avanzaron hacía ella, instintivamente avanzo hacía atrás buscando alguna vía de escape pero una enorme mano cubrió su boca y nariz, lucho dentro del férreo abrazo intentando liberarse pero sus esfuerzos fueron inútiles solo sintió el pinchazo en su brazo derecho antes de que todo se volviera oscuridad.


***


Lobos enormes devoraban distancias a gran velocidad por el espeso bosque liderados por un enorme lobo negro y el otro de un color marrón intenso, alfa y ejecutor, padre e hijo, una hora atrás habían recibido la visita de dos cambia formas renegados que tenían una información valiosa que entregar… Jasón Piers era quien lideraba el grupo de renegados que estaban atacando la ciudad, sabían que Victoria era una Omega y había un traidor dentro de la manada.
Ben había corrido a la veterinaria para asegurarse que Tori estuviera segura pero solo había encontrado su bolso dentro de la oficina y rastros fuertes de lobos que no pertenecían a la manada, pero fue el rastro de Cindy mezclado con el de los Were lo que enfureció más aun a Ben ¿Por qué esa estúpida mujer no podía dejarlos en paz? Se sentía culpable puesto que había sido él quien se había involucrado con esa ella, se desviaron en el camino siguiendo al lobo gris que era Burt divisando la cabaña en medio del claro.
Debían actuar rápido antes de que hicieran más daño del que ya habían provocado, por lo menos tenían de su lado el elemento sorpresa… avanzaron con total sigilo rodeando la casa, una veintena de lobos acercándose y aguardando al momento indicado. John aulló con fuerza desplegando todo su poder como alfa…
Entonces exploto el caos… los lobos se dividieron y atacaron a dos de los tres lobos dentro de la cabaña sacándolos hacia fuera y neutralizándolos sobre el suelo sin darles si quiera oportunidad de defenderse. Jasón salto por la ventana gruñéndole al alfa de la manada, desafiándolo mientras le enseñaba los dientes pero John lo ignoro por completo y el desafío fue respondido por el lobo negro a su derecha después de todo la afrenta había sido contra este y su compañera… Se enzarzaron en una pelea a muerte llena de garras y dientes, Jasón golpeo el costado derecho del Ben clavándole las garras y los dientes en la piel tumbándolo al suelo aplastándolo con su peso y por un momento solo hubo silencio, Jasón Piers ya se proclamaba el vencedor…
Pero en un veloz movimiento el lobo negro cambio los papeles arremetiendo con más fuerza contra Jasón sin que él pudiera evitarlo, clavándole los dientes profundamente directo en el cuello, lo mantuvo sobre el suelo sin soltar su presa mientras este gimoteaba intentando escapar pero solo consiguió moverse un poco antes de exhalar su último aliento, el enfrentamiento había terminado.
Habían cometido el error de creerse superiores intentando desestabilizar el equilibrio de la manada y su tranquilidad, tan tonto y cegado por su ansia de poder Jasón Piers se había atrevido a tomar a la fuerza a la compañera del ejecutor y sucesor de la manada y eso era inadmisible… ahora estaba muerto, sus subordinados estaban mal heridos completamente neutralizados y terminarían sus días en la cárcel, la traidora estaba muerta, asesinada por sus propios socios un acto abominable que solo reafirmaba su falta de lealtad y espíritu.

***

El dolor de cabeza la saco la saco del embotamiento en el que estaba sumergida sentía el cuerpo entumecido, se removió sobre la suave superficie en la que estaba parpadeando repetidas veces en un intento por enfocar la vista mientras se incorporaba con dificultad recorriendo el lugar en el que estaba… a su mente acudieron claramente los recuerdos de lo que había sucedido pero estaba en la habitación que había ocupado en casa de los O’ Brian antes de que se mudara con Ben definitivamente ¿Qué había sucedido? ¿Cómo había llegado allí?
-          Es bueno ver que estas despierta cielo – se giro con violencia hacía la voz siseando cuando la punzada de dolor en su cabeza aumento, en la puerta estaba Eileen sonriéndole apacible en sus manos una pequeña bandeja con un vaso de agua en ella.
-          ¿Qué paso?
-          Bueno, fuiste secuestrada por el primo de John y rescatada
-          Secuestrada, lo recuerdo ¿Cómo me encontraron?
-          Pues bien – le entrego una pastilla blanca y el vaso de agua mientras se sentaba en la orilla de la cama – Burt y Trey decidieron contar todo lo que sabían, Ben y John te buscaron en la veterinaria pero ya no estabas allí…
-          Cindy ella… ¿Quiénes son Burt y Trey?
-          Ya lo sabemos, lamentablemente confió en las personas equivocadas… está muerta al igual que Jason Piers – Tori se tomo la pastilla mientras escuchaba las novedades de la boca de su suegra, no pudo evitar sentir alivio y pesar al mismo tiempo…alivio porque la pesadilla hubiera terminado y pesar porque nadie merecía morir, toda vida era preciosa – y Burt y Trey son dos encantadores jovencitos que dieron la información necesaria para rescatarte… bien, Liam te examino mientras dormías ayer cuando te trajeron drogada…
-          ¿Ayer? ¿Cuánto he dormido?
-          Unas veinte horas, son casi la una de la tarde… la droga que te dieron era muy potente y cambia formas o no seguimos siendo humanos y no somos inmunes.
-          Lo sé… ¿Dónde está Ben?
-          Abajo en el despacho de John…
-          ¿Crees que pueda…?
-          Sí, pero primero date un baño te sentirás mucho mejor… voy a prepararte algo liviano para comer – Eileen salió de la habitación dejándola sola, ella no tenía hambre precisamente solo quería darse una ducha y buscar a Ben… El agua caliente relajo su cuerpo agarrotado y también termino por despejar por completo su mente dejándola ver claramente todo lo que había sucedido con mayor lujo de detalles y no le gustaba la sensación de sentirse débil y vulnerable. Conocía la historia de la madre de Jasón Piers y la razón por la que había sido repudiada de la manada y no entendía como él podía justificarla e incluso tomar eso como una razón válida para lastimar a los demás.
La madre de Piers se había embarazado de un Were renegado y luego se había presentado en la boda de una recién acoplada pareja alegando que el novio era el padre de su bebe, el consejo había suspendido la boda y pedido que se investigara la situación después de todo era importante proteger a los descendientes de la manada. Pero todo había resultado en engaño, un intento burdo por quedarse con la pareja de otra mujer a pesar de que ya se habían acoplado, la novia se había suicidado presa del dolor y el novio había muerto de tristeza por no tener a su compañera así que ella había sido repudiada y lanzada fuera de la manada como una paria, su envida y ambición habían sido su perdición… años después el padre de John había salvado al pequeño Jasón de las manos de su padrastro después de todo era familia y el no era culpable de los pecado de la madre, al parecer a él eso no le había parecido suficiente y quería vengarse de lo que él pensaba era una injusticia… ahora estaba muerto por algo tan absurdo como desafiar a la familia O’ Brian por un poder al que no tenía derecho…
Cuando salió de la ducha había ropa acomodada sobre la cama y un sándwich con un vaso de leche en la mesita de noche, se enfundo en unos pantalones de yoga grises y una franela blanca completando el cómodo atuendo con los tenis que estaban al pie de la cama y asumía que eran de Kyra, devoro la comida con rapidez no deseando ser grosera despreciando a Eileen y tomándose de un solo trago la leche se apresuro a salir de la habitación escaleras abajo… ansiaba ver a Ben de una vez por todas.

Omega, V Parte


***

El corazón de Tori corría a un ritmo vertiginoso, Ben se movió con rapidez alzándola del suelo haciéndola rodearle la cintura con las piernas y sin dejar de hundirse en el calor de su boca subió las escaleras hasta el segundo piso directo a su habitación. Tuvo solo un momento para admirar el lugar cuando la puso en el suelo nuevamente.
Sus bocas volvieron a danzar juntas con mayor intensidad, en un rápido movimiento la despojo de su camisa a cuadros acariciando sus hombros, brazos y cuello en el proceso haciéndola gemir… le siguió su camiseta y sujetador, sus manos se deslizaron por el valle de sus senos y ella se arqueo contra su toque ansiosa por más.
-          Eres hermosa – su voz ronca envió escalofríos por su columna vertebral, se arrodillo frente a ella besando su estomago entretenido con su ombligo haciéndola gemir con más fuerza, el calor recorrió su cuerpo como un fogonazo de delicioso placer. Sus vaqueros y botas le siguieron al resto de su ropa dejándola en una delicada tanga azul claro con encajes.
-          Tienes demasiada ropa Ben.
-          Eso tiene fácil solución – poniéndose de pie en un ágil movimiento se despojo de su propia ropa sacándose los calcetines y zapatos a tirones – bien, ahora estamos en igualdad de condiciones.
Tomándola en brazos la deposito con suavidad en la cama cubriéndola con su cuerpo, usando la rodilla abrió sus piernas ubicándose entre ellas, su cuerpo hormigueaba con las deliciosas sensaciones y los gemidos eran cada vez mas fuertes mientras él se dedicaba a torturarla jugando con sus pezones proporcionándoles caricias y besos por todo su cuerpo.
Su canal pulsaba una y otra vez mientras seguía dejando besos húmedos a lo largo de su piel desde el estomago hasta sus rodillas. El calor irradiando desde su interior le puso la carne de gallina, rompiendo en forma de olas sensibles a lo largo de su desnudo estómago. Con suma delicadeza la despojo de la tanga deslizándola lentamente por sus piernas dejándola completamente desnuda, cerró los ojos disfrutando de la sensación.
Sintió sus labios sobre sus duros pezones y sus propias manos no pudieron quedarse quietas mucho tiempo más, acaricio sus hombros deleitándose por poder sentirlo, sonriendo como tonta por tenerlo con ella y saberlo suyo para siempre… subió hasta su cuello, su lengua recorriéndolo lentamente hasta llegar al lóbulo de su oreja el calor sofocante se extendió por su nuca y luchó resistiendo el impulso de apartarse el cabello.
Dejo que su mano se deslizara por su estomago hasta la orilla de sus bóxers y no pudo evitar sonreír cuando el gimió, ella esperaba estarlo haciendo bien… lo miro a los ojos antes de besarlo con fuerza otra vez, tiro de ellos instándolo a quitárselos y él le sonrió depredador antes de obedecerla haciéndolo lentamente, torturándola.
Jadeo sintiendo el calor agolparse en sus mejillas, cuando la prenda fue retirada dejándolo tan desnudo como ella,  lo observo en transe mientras lo escuchaba reír por lo bajo, el era simplemente hermoso, su respiración se acelero y lo miro a los ojos para encontrarlos nublados por el deseo. Sus bocas volvieron a unirse en un beso fiero, sintiendo sus manos acariciar sus costados mientras ella lo sentía contra su muslo.
Lo beso con todo lo que tenia para darle, sensaciones maravillosas construyéndose dentro de ella mientras el devoraba la piel de su cuello, acariciando sus costados haciéndola estremecer. La atrajo imposiblemente cerca, meciendo sus caderas contra las suyas, dejándola sin ninguna duda acerca de su excitación. Estaría dentro de ella pronto lo sabía. Tori gimoteó contra su boca. Mientras el la torturaba con sus manos y su lengua.
Algo primitivo se despertó en su interior, una necesidad desesperada que no podía explicar ni entender. Era como si estuviera entrando sigilosamente dentro de su piel, convirtiéndose en parte suya, como si de alguna manera sus almas pudieran unificarse y convertirse en una. Se movió inquieta contra él, deseándole cada vez más, sin esperas.
Mientras su ardiente boca se cerraba sobre uno de sus pezones, la cabeza de Tori cayó hacia atrás. No era dulce, Nada en absoluto. Sus dientes rozaron su sensible punta, la chupó y encendió, pasando la lengua por ella, torturándola hasta lo imposible, hasta que estuvo deliciosamente dolorida y cuando Victoria comenzó a gimotear sin sentido, tomó el otro pezón. Su cuerpo ansioso por la necesidad de volverse por completo una con él.


***


Ben rozo de nuevo sus labios antes de volver a fundirse en ellos por completo, el sabor de su boca explotando una y otra vez en su lengua dulce como la más deliciosa ambrosia, jamás tendría suficiente ella. Recorrió su piel hasta hundir una de sus manos en sus cabellos acercando su rostro más al suyo, gimiendo contra su boca apretando su cintura en un intento por fundir sus cuerpos. Su lobo se removía con fuerza en su interior feliz de tener por fin a su compañera… ella se estremeció entre sus brazos y el solo pudo gruñir ante la sensación tan placentera que lo recorrió por completo. Era adicto a su boca y no se arrepentía de ello, sus manos se movieron suavemente acariciándola suavemente mientras ella se arqueaba contra él, Ben tenía la intensión de disfrutar de la lenta tortura…
Perdió la noción del tiempo mientras me dedicaba a amarla lentamente, solo fue consciente de la sensación de sus pieles rozándose, ella gimió contra su cuello y su aliento envió escalofríos por su columna vertebral… El calor de su centro lo recibió de manera acogedora, sus manos entrelazadas con las suyas, su voz suave repitiendo su nombre. Acariciándose mutuamente, más intensamente, sus cuerpos fundiéndose en uno solo, alma con alma en un acto más allá que lo puramente sexual, más allá de lo físico.
Cerró sus ojos justo en el momento en que hundió los colmillos en la suave piel de su cuello reclamándola como su compañera, sus almas elevándose y uniéndose para siempre mientras ambos llegaban a la cima sumidos en el intenso placer de la explosión que llego de manera indescriptible llenándolos por completo.
Un amor que se consuma y se fortalece, sentimientos inagotables, abrazados sintiendo cada movimiento, cada sensación y emoción, al fin siendo  uno solo. Sus cuerpos temblando y sus respiraciones entrecortadas, sus miradas encontrándose, profesándose su amor en silencio… Ben sintió a su lobo ronronear de felicidad porque ahora estaban completos de manera perdurable e inalterable y nada iba a cambiar eso.


***


Tori se sentía flotar en una nebulosa, había sentido cada sensación y emoción mientras Ben la reclamaba como suya… perdida en el placer había presenciado la unión de sus almas y la fuerza de esa unión la había sobrecogido enormemente, su cuerpo se sentía liviano, satisfecho completamente saciado.
-          Te amo – abrió los ojos ante su afirmación pero antes de que pudiera decir algo, él se movió y la arrastró, abrazándola.
Se acurruco contra su pecho intentando recobrar su respiración y calmar su acelerado corazón mientras su mente absorbía lo que  acababa de pasar, ahora eran uno solo y la enzima que él había inyectado en su cuerpo a través de la marca de acoplamiento la convertiría en un Were y en su compañera para siempre, nunca en su vida había estado tan satisfecha y repleta de amor. Intento moverse pero lo sintió dentro de ella y gimió cuando se movió en su interior.
-          Algo que olvidaste decirme – lo miro a los ojos y ciertamente él no parecía culpable, al contrario su mirada le decía que sabía de que se trataba y lo estaba disfrutando. Ligeramente se pregunto porque su madre nunca le había hablado de ello cuando le explico todo lo que tenía que saber sobre unirse a un cambia formas… suponía que ella quería que Tori lo descubriera por cuenta propia, interesante.
-          Bien pensé que sabrías sobre el nudo, estarás pegada a mí para siempre preciosa, te amo… – le aparto el cabello del rostro acariciando su piel con suavidad rozando la marca en su cuello, ella gimió.
-          Te amo Ben… y no me oirás quejarme.
-          Bien… – la beso con suavidad y extrema dulzura, ella lo había anhelado tanto sintiéndolo tan inalcanzable que aun le parecía un sueño tenerlo allí… ella era su compañera de alma y no podía estar más feliz.
Sus ojos se cerraron y ella se abandono a la inconsciencia no sin antes sentirlo besar su frente murmurándole su amor al oído…
-          Te amo mi preciosa compañera – si, ella era la compañera de Ben y no podía estar más feliz por ello.


***


El constante golpeteo de sus dedos contra la madera de la mesa era el único sonido reinante en la silenciosa cabaña ¿Dónde demonios estaban los otros? Un mes después de la llegada Victoria Evans su plan estaba listo para ser ejecutado, había tenido que reorganizarlo todo después de enterarse del acoplamiento de ella y Ben O’ Brian, eso había echado por tierra su plan original pero no por nada era un buen estratega y nada le impediría que tuviera el poder del Omega bajo su completo control y si lo veía desde el punto de vista cómico sería aun más divertido destruir a la familia O’ Brian cuando el ejecutor y protector de la manada enloqueciera al no tener protegida a su compañera… la puerta se abrió y Dennis y Carl entraron en la cabaña luciendo furiosos y magullados.
-          ¿Qué demonios? ¿Dónde están Burt y Trey?
-          Se largaron… los muy imbéciles salieron de la ciudad, intentamos impedirlo y nos enfrascamos en una pelea….  – la silla cayó al suelo provocando un ruido sordo cuando Jasón Piers se puso de pie en un rápido movimiento, el dorado en sus ojos era intenso y la furia era clara en su expresión.
-          ¡malditos idiotas! No tengo tiempo para los traidores ahora ¡maldición! Hay que movernos de una vez.
-          No los necesitamos Jasón, podemos hacerlo nosotros – Jasón asintió lentamente frotándose la barbilla pensativo, si bien los idiotas no eran necesarios para cumplir con su objetivo le molestaba que no obedecieran sus ordenes, bien solo tenían que apresurarse cumplir con los objetivos ya trazados y luego se encargaría de dar caza a los traidores… tomando su celular marco el numero que ya se conocía de memoria.
-          Bien pongámonos en marcha – la voz al otro lado de la línea le indico que ya estaba todo listo, la sonrisa cruel que se extendió por su rostro habría congelado, aterrado a cualquiera pero sus hombres solo sonrieron satisfechos demostrando que eran iguales de fríos y crueles que el – andando.
Se  desnudaron sin perder tiempo dejando que el calor que conocían de memoria recorriera sus cuerpos t pronto se vieron sobre sus cuatro patas completamente transformados, un lobo gris y dos color arena uno más oscuro que el otro estaban ahora en el lugar donde habían estado los humanos hacía solo un momento. Abandonaron la cabaña con paso decidido, Jasón estaba harto de contratiempos y cambio de planes e iba a tener su venganza y nada ni nadie se iba a interponer… había llegado su hora y saldría ganador costase lo que costase.

Omega, IV Parte


***

La campanilla de la puerta sonó en cuanto entro a la estación de policía, caminando hasta su oficina diviso a Bobby Banks el novato de la estación guardando carpetas en el archivador era uno de los pocos humanos que sabían su secreto. Afortunadamente para ellos como agentes de la ley Great Falls era una ciudad tranquila con pocos crímenes aunque últimamente los lobos renegados estaban causando demasiados problemas.
-          ¿Alguna novedad?
-          Nada del otro mundo jefe, un par de disputas entre vecinos lo mismo de siempre – asintió mientras recogía un par de carpetas de su escritorio.
-          Mantenme al tanto por cualquier otra cosa.
-          Entendido.
-          Y vete temprano a casa hombre – salió a la noche caminando con paso decidido hacia su auto, estaba pletórico con el giro que había dado su vida ahora que tenía una compañera…
Mientras avanzaba por la carretera su mente vagaba una y otra vez por todas las cosas buenas que le habían sucedido a lo largo del día. Ahora necesitaba neutralizar a los renegados y acabar con la amenaza que representaban para ellos y los humanos por igual, era una buena cosa que no se hubieran dedicado a transformar nuevos Were porque de lo contrario tendrían muchos más problemas.
La actitud de los renegados era errática en algunas ocasiones y eso era lo que los mantenía confundidos, seis ataques en diferentes lugares de la ciudad hablaba mucho de las intensiones porque estaba claro que querían causar el caos… apretó el volante con fuerza, estaba frustrado y furioso, odiaba sentirse impotente cómo se sentía justo ahora. Necesitaban por lo menos saber sus nombres, sus rostros o por lo menos saber cuántos eran realmente eso ayudaría mucho a resolver las cosas de la mejor manera posible.
Observo atentamente su casa mientras avanzaba hacia ella, estaba orgulloso de tener su espacio propio, le había tomado trabajo repararla pero el esfuerzo había valido la pena ahora esperaba que a Tori le gustara y la volviera su hogar también.


***


Se removió entre las sabanas, estaba totalmente dispuesta a volver a dormir plácidamente pero el sol entro imponente en la habitación por el ventanal que Eileen acababa de abrir, gruño mientras se cubría de pies a cabeza.
-          Más vale que te levantes jovencita, anoche no pude hablar contigo y me muero por saber que paso.
-          Nos morimos por saberlo – aparto las sabanas sentándose en la cama, allí estaban Eileen, Dana y Kyra esta ultima le ofrecía una taza de humeante café.
-          Creo que están sobornándome – tomo la taza ofrecida mientras ellas se sentaban a su alrededor en la cama – exactamente ¿Qué quieren saber?
-          Bueno, es obvio que no te acoplaste con mi hermano así que…
-          Tuvimos una cita.
-          ¿Una cita?
-          Sip, una cita… me llevo a la feria y luego me trajo hasta la puerta – Dana dejo escapar un silbido mientras Eileen sonreía satisfecha.
-          Estoy sorprendida.
-          Yo no, mi hijo es todo un caballero.
-          Y ¿Qué harán hoy? Mañana es la barbacoa y no creo que quiera que te presentes sin que estén acoplados.
-          Lo sé – dejo escapar un suspiro, su dedo deslizándose por la orilla de la taza – pero estoy feliz y agradecida por mis citas.
-          ¿Citas? Así que abra más de una.
-          Algo así, hoy conoceré su casa.
-          Y bailaran el mambo sobre el colchón.
-          ¡Kyra! – Tori se sintió enrojecer, aunque lo ansiaba muchísimo porque tenía la impresión de que la dejaría sin aliento, no era algo que quería discutir con nadie más puesto que lo consideraba muy privado.
-          Está bien, está bien… yo solo decía.
-          Bien, te dejamos para que te duches y bajes a desayunar – Eileen le dio a su mano un ligero apretón, le sonrió, esta mujer era ahora su suegra o mejor como una madre para ella… La dejaron sola en la habitación y se dejo caer en la cama suspirando satisfecha.
Se dio una ducha rápida, enfundándose en unos vaqueros negros combinándolos con una blusa de tirantes blanca y una camisa de cuadros rojos se calzo sus botines negros sin tacón, dejándose su cabello suelto… bajo las escaleras y anduvo hasta la cocina donde todos ya estaban desayunando.
Se acomodo en una silla alta en el mesón central de la cocina acomodándose al lado de Kyra, desayunaron amenamente entre risas y bromas... ahora sabía que a pesar de vivir en su propia casa a Dana le gustaba beberse el café de Eileen así que era normal encontrársela todas las mañana desayunando y ha Eileen le encantaba tener la casa llena de personas así que nunca se quejaría por ello.
Después de ayudar a lavar los platos decidió dar un paseo hasta la clínica veterinaria no muy lejos de la casa, quería familiarizarse con el lugar y por lo que había dicho Liam tardaría un par de horas en ver a Ben así que mientras llegaba el momento de verlo de nuevo camino con tranquilidad por las calles que a esa hora del día apenas comenzaban a cobrar vida.
Seis calles después estaba frente al que sería su lugar de trabajo y aunque ahora estaba cerrado esperaba que para la siguiente semana ya estuviera trabajando y ayudando a los animales, aun no había tenido el valor de decirle a John y a Ben sobre su ya manifestado don especial, era algo que podía hacer desde que tenía quince años después de la muerte de sus padres… constantemente pensaba que todo ello era resultado de su ferviente deseo de devolverle la vida a sus padres y ahora que sabía que era un Omega eso explicaba muchas cosas.
Suspirando se giro y comenzó la tarea de desandar el camino de regreso a la casa, el vello de su nuca se erizo y la sensación de ser observada se instalo en la boca de sus estomago se detuvo mirando alrededor con detenimiento pero no encontró nada raro salvo los negocios que comenzaban a abrir, encogiéndose de hombros reanudo su camino a veces podía ser muy paranoica.


***


Burt Wet puso la van en movimiento, ahora entendía porque Jasón se había arriesgado tanto al incursionar en la ciudad donde podrían ser atrapados en cualquier momento por otro cambia formas, la chica era un Omega. Lo miro de reojo sentado en el asiento del copiloto luciendo una sonrisa de suficiencia ahora que había reafirmado sus sospechas.
No se sentía cómodo con los planes de Jasón y ciertamente no estaba de acuerdo con lo que este pensaba hacerle a esa pobre chica, como Were se había sentido solo al ser expulsado de su manada de manera tan injusta, solo por su preferencia sexual que en cuanto Piers le había ofrecido una nueva oportunidad él no había dudado en unirse. Pero ahora no estaba seguro de haber tomado la mejor decisión.
¿Por qué atacar el territorio de una manada pacifica? Esa no era la esencia de un lobo, apretó el volante con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos por el esfuerzo, observo al resto del grupo a través del espejo retrovisor. Sabía que Trey tampoco aprobaba las acciones de Jasón y los demás después de todo a ellos dos los habían expulsados de manadas opresoras por levantarse y defender las cosas en las que creían.
Carl era indiferente ante todo y frio, y Dennis era cruel y desalmado un completo bastardo… se concentro en la carretera y respiro más tranquilo cuando estuvieron lejos del territorio de la manada camino a la escondida cabaña, tal vez había llegado el momento de alejarse y comenzar de nuevo en un lugar tranquilo y lejos de tantos conflictos. Esperaba poder salvar a esa chica y redimirse por sus acciones, luego se marcharía llevándose a Trey con el sin mirar atrás.


***


Lo primero que vio al entrar a la calle fue a Tori llegando a la casa, parecía que había salido a caminar, se veía serena y hermosa. Se estaciono frente a la casa bajando de la camioneta justo cuando ella alcanzaba la entrada y no pudo evitar que la sonrisa boba volviera a instalarse en su rostro, sin perder tiempo la abrazo contra su cuerpo respirando su aroma, sintiendo su calor.
-          Te extrañe preciosa – acaricio la curva de su cuello con la nariz regocijándose por tenerla consigo, sin perder tiempo tomo su boca besándola hasta quedar sin aliento – ¿Lista para conocer nuestra casa?
-          ¿Nuestra?
-          Si, nuestra… apena nos acoplemos viviremos juntos y luego harás de mi un hombre honesto casándote conmigo – la vio poner los ojos en blanco, parecía divertida con la situación.
-          Vaya señor O’ Brian veo que es usted el amo del romance.
-          Bien, aun me falta planearlo pero sabes que voy a casarme contigo.
-          Bien.
-          Bien – la jalo hacia el auto ayudándola a subir y poniéndose en marcha con rapidez – ¿Cómo te sientes esta mañana?
-          Bastante bien, aunque fui atacada en mi habitación al despertarme… tú hermana, madre y cuñada.
-          Si, esas mujeres son un trió de cotillas – el sonido de su risa inundo el espacio del auto haciéndolo sentir mucho más contento, le gustaba escucharla feliz y risueña.
La escucho hablar de su pequeño paseo de reconocimiento hasta la clínica veterinaria y de lo divertido que había sido desayunar en compañía de su familia, saltaba en el asiento con entusiasmo y eso le parecía adorable. Estaciono frente a su casa bajando rápido de la camioneta ansioso por saber que pensaba sobre su hogar, esperaba que ella le diera ese toque hogareño que sabía le hacía falta y eso la hiciera sentir más a gusto.
Ella ya se había bajado y sus ojos observaban atentamente la casa, su estomago se apretó con nerviosismo se sentía como un adolecente inexperto a punto de dar su primer beso, la tomo de la mano guiándola hacía la casa dejándola estudiarlo todo a sus anchas su silencio lo ponía más y más ansioso mientras transcurrían los minutos.
-          Me gusta – su voz lo saco de sus lamentos mentales, ella le sonreía radiante – es muy tu, me gusta.
-          Me alegra que te guste, puedes agregar o quitar lo que quieras – acaricio su rostro recreándose con su suavidad – esta también es tu casa ahora.
-          Gracias – uno, dos, tres besos suaves y cortos en sus labios antes de apoderarse de su boca con una pasión voraz.
-          Tenía la intensión de esperar un poco más, ser un caballero pero mi lobo está inquieto con la perspectiva de que vayas a la barbacoa sin marca de acoplamiento.
-          Lo sé – su voz trémula y el estremecimiento de su cuerpo le demostraron que ella también quería lo que pasaría a continuación.
-          No importan nuestros pasados, a partir de ahora solo somos tú y yo – inclinándose nuevamente sobre Tori la reclamó con los labios su lengua rápidamente pidiéndole la entrada y ella dócilmente se la dio, sus manos se perdían en la espalda de Tori hasta la cintura de sus vaqueros.
-          Ben… tengo algo importante que decirte – le prestó total atención – yo nunca… yo…
-          Tori cariño ¿Qué intentas decirme?
-          Yo nunca… bueno ya sabes, no hay pasado en ese sentido ni otros hombres…
-          Eres… ¿Estas diciéndome lo que creo que…? – ella solo asintió sonrojada, el fuerte sentimiento de posesión que lo recorrió fue embriagador, apretó el agarre sobre su cintura besándola con fuerza – gracias, es un hermoso regalo… prometo que seré muy gentil, te amo preciosa ¿Lo sabes verdad?
-          Lo sé – ella asintió sonriéndole dulcemente, no le hubiera importado si ella hubiera tenido experiencia con otros hombres eso para el no tendría relevancia… pero saber esto ahora la hacía aun más preciosa y única para él y agradecía enormemente recibir  tan hermoso y especial privilegio.