***
El corazón
de Tori corría a un ritmo vertiginoso, Ben se movió con rapidez alzándola del
suelo haciéndola rodearle la cintura con las piernas y sin dejar de hundirse en
el calor de su boca subió las escaleras hasta el segundo piso directo a su
habitación. Tuvo solo un momento para admirar el lugar cuando la puso en el
suelo nuevamente.
Sus bocas
volvieron a danzar juntas con mayor intensidad, en un rápido movimiento la
despojo de su camisa a cuadros acariciando sus hombros, brazos y cuello en el
proceso haciéndola gemir… le siguió su camiseta y sujetador, sus manos se
deslizaron por el valle de sus senos y ella se arqueo contra su toque ansiosa
por más.
-
Eres hermosa
– su voz ronca envió escalofríos por su columna vertebral, se arrodillo frente
a ella besando su estomago entretenido con su ombligo haciéndola gemir con más
fuerza, el calor recorrió su cuerpo como un fogonazo de delicioso placer. Sus
vaqueros y botas le siguieron al resto de su ropa dejándola en una delicada
tanga azul claro con encajes.
-
Tienes
demasiada ropa Ben.
-
Eso tiene
fácil solución – poniéndose de pie en un ágil movimiento se despojo de su
propia ropa sacándose los calcetines y zapatos a tirones – bien, ahora estamos
en igualdad de condiciones.
Tomándola en
brazos la deposito con suavidad en la cama cubriéndola con su cuerpo, usando la
rodilla abrió sus piernas ubicándose entre ellas, su cuerpo hormigueaba con las
deliciosas sensaciones y los gemidos eran cada vez mas fuertes mientras él se
dedicaba a torturarla jugando con sus pezones proporcionándoles caricias y
besos por todo su cuerpo.
Su canal pulsaba una y otra vez mientras seguía dejando besos húmedos a lo
largo de su piel desde el estomago hasta sus rodillas. El calor irradiando
desde su interior le puso la carne de gallina, rompiendo en forma de olas
sensibles a lo largo de su desnudo estómago. Con suma delicadeza la despojo
de la tanga deslizándola lentamente por sus piernas dejándola completamente
desnuda, cerró los ojos disfrutando de la sensación.
Sintió sus labios sobre sus duros pezones y sus propias
manos no pudieron quedarse quietas mucho tiempo más, acaricio sus hombros
deleitándose por poder sentirlo, sonriendo como tonta por tenerlo con ella y
saberlo suyo para siempre… subió hasta su cuello, su lengua recorriéndolo
lentamente hasta llegar al lóbulo de su oreja el calor sofocante se extendió por su nuca y luchó
resistiendo el impulso de apartarse el cabello.
Dejo que su mano se deslizara
por su estomago hasta la orilla de sus bóxers y no pudo evitar sonreír cuando
el gimió, ella esperaba estarlo haciendo bien… lo miro a los ojos antes de
besarlo con fuerza otra vez, tiro de ellos instándolo a quitárselos y él le
sonrió depredador antes de obedecerla haciéndolo lentamente, torturándola.
Jadeo sintiendo el calor
agolparse en sus mejillas, cuando la prenda fue retirada dejándolo tan desnudo
como ella, lo observo en transe mientras
lo escuchaba reír por lo bajo, el era simplemente hermoso, su respiración se
acelero y lo miro a los ojos para encontrarlos nublados por el deseo. Sus bocas
volvieron a unirse en un beso fiero, sintiendo sus manos acariciar sus costados
mientras ella lo sentía contra su muslo.
Lo beso con todo lo que tenia
para darle, sensaciones maravillosas construyéndose dentro de ella mientras el
devoraba la piel de su cuello, acariciando sus costados haciéndola estremecer. La atrajo imposiblemente cerca, meciendo sus caderas contra las suyas,
dejándola sin ninguna duda acerca de su excitación. Estaría dentro de ella
pronto lo sabía. Tori gimoteó contra su boca. Mientras el la torturaba con sus
manos y su lengua.
Algo primitivo se
despertó en su interior, una necesidad desesperada que no podía explicar ni
entender. Era como si estuviera entrando sigilosamente dentro de su piel,
convirtiéndose en parte suya, como si de alguna manera sus almas pudieran
unificarse y convertirse en una. Se movió inquieta contra él, deseándole cada
vez más, sin esperas.
Mientras su ardiente
boca se cerraba sobre uno de sus pezones, la cabeza de Tori cayó hacia atrás.
No era dulce, Nada en absoluto. Sus dientes rozaron su sensible punta, la chupó
y encendió, pasando la lengua por ella, torturándola hasta lo imposible, hasta
que estuvo deliciosamente dolorida y cuando Victoria comenzó a gimotear sin
sentido, tomó el otro pezón. Su cuerpo ansioso por la necesidad de volverse por
completo una con él.
***
Ben rozo de nuevo sus
labios antes de volver a fundirse en ellos por completo, el sabor de su boca
explotando una y otra vez en su lengua dulce como la más deliciosa ambrosia,
jamás tendría suficiente ella. Recorrió su piel hasta hundir una de sus manos
en sus cabellos acercando su rostro más al suyo, gimiendo contra su boca
apretando su cintura en un intento por fundir sus cuerpos. Su lobo se removía
con fuerza en su interior feliz de tener por fin a su compañera… ella se
estremeció entre sus brazos y el solo pudo gruñir ante la sensación tan
placentera que lo recorrió por completo. Era adicto a su boca y no se
arrepentía de ello, sus manos se movieron suavemente acariciándola suavemente
mientras ella se arqueaba contra él, Ben tenía la intensión de disfrutar de la
lenta tortura…
Perdió la noción del
tiempo mientras me dedicaba a amarla lentamente, solo fue consciente de la
sensación de sus pieles rozándose, ella gimió contra su cuello y su aliento
envió escalofríos por su columna vertebral… El calor de su centro lo recibió de
manera acogedora, sus manos entrelazadas con las suyas, su voz suave repitiendo
su nombre. Acariciándose mutuamente, más intensamente, sus cuerpos fundiéndose
en uno solo, alma con alma en un acto más allá que lo puramente sexual, más
allá de lo físico.
Cerró sus ojos justo en
el momento en que hundió los colmillos en la suave piel de su cuello
reclamándola como su compañera, sus almas elevándose y uniéndose para siempre
mientras ambos llegaban a la cima sumidos en el intenso placer de la explosión
que llego de manera indescriptible llenándolos por completo.
Un amor que se consuma
y se fortalece, sentimientos inagotables, abrazados sintiendo cada movimiento,
cada sensación y emoción, al fin siendo
uno solo. Sus cuerpos temblando y sus respiraciones entrecortadas, sus
miradas encontrándose, profesándose su amor en silencio… Ben sintió a su lobo
ronronear de felicidad porque ahora estaban completos de manera perdurable e
inalterable y nada iba a cambiar eso.
***
Tori se sentía flotar
en una nebulosa, había sentido cada sensación y emoción mientras Ben la
reclamaba como suya… perdida en el placer había presenciado la unión de sus
almas y la fuerza de esa unión la había sobrecogido enormemente, su cuerpo se
sentía liviano, satisfecho completamente saciado.
-
Te amo – abrió los ojos ante su
afirmación pero antes de que pudiera decir algo, él se movió y la arrastró,
abrazándola.
Se acurruco contra su
pecho intentando recobrar su respiración y calmar su acelerado corazón mientras
su mente absorbía lo que acababa de
pasar, ahora eran uno solo y la enzima que él había inyectado en su cuerpo a
través de la marca de acoplamiento la convertiría en un Were y en su compañera
para siempre, nunca en su vida había estado tan satisfecha y repleta de amor.
Intento moverse pero lo sintió dentro de ella y gimió cuando se movió en su
interior.
-
Algo que olvidaste decirme – lo miro a
los ojos y ciertamente él no parecía culpable, al contrario su mirada le decía
que sabía de que se trataba y lo estaba disfrutando. Ligeramente se pregunto
porque su madre nunca le había hablado de ello cuando le explico todo lo que
tenía que saber sobre unirse a un cambia formas… suponía que ella quería que
Tori lo descubriera por cuenta propia, interesante.
-
Bien pensé que sabrías sobre el nudo,
estarás pegada a mí para siempre preciosa, te amo… – le aparto el cabello del
rostro acariciando su piel con suavidad rozando la marca en su cuello, ella
gimió.
-
Te amo Ben… y no me oirás quejarme.
-
Bien… – la beso con suavidad y extrema
dulzura, ella lo había anhelado tanto sintiéndolo tan inalcanzable que aun le
parecía un sueño tenerlo allí… ella era su compañera de alma y no podía estar
más feliz.
Sus ojos se cerraron y
ella se abandono a la inconsciencia no sin antes sentirlo besar su frente
murmurándole su amor al oído…
-
Te amo mi preciosa compañera – si, ella
era la compañera de Ben y no podía estar más feliz por ello.
***
El constante golpeteo
de sus dedos contra la madera de la mesa era el único sonido reinante en la
silenciosa cabaña ¿Dónde demonios estaban los otros? Un mes después de la
llegada Victoria Evans su plan estaba listo para ser ejecutado, había tenido
que reorganizarlo todo después de enterarse del acoplamiento de ella y Ben O’
Brian, eso había echado por tierra su plan original pero no por nada era un
buen estratega y nada le impediría que tuviera el poder del Omega bajo su
completo control y si lo veía desde el punto de vista cómico sería aun más
divertido destruir a la familia O’ Brian cuando el ejecutor y protector de la
manada enloqueciera al no tener protegida a su compañera… la puerta se abrió y
Dennis y Carl entraron en la cabaña luciendo furiosos y magullados.
-
¿Qué demonios? ¿Dónde están Burt y Trey?
-
Se largaron… los muy imbéciles salieron
de la ciudad, intentamos impedirlo y nos enfrascamos en una pelea…. – la silla cayó al suelo provocando un ruido
sordo cuando Jasón Piers se puso de pie en un rápido movimiento, el dorado en
sus ojos era intenso y la furia era clara en su expresión.
-
¡malditos idiotas! No tengo tiempo para
los traidores ahora ¡maldición! Hay que movernos de una vez.
-
No los necesitamos Jasón, podemos
hacerlo nosotros – Jasón asintió lentamente frotándose la barbilla pensativo,
si bien los idiotas no eran necesarios para cumplir con su objetivo le
molestaba que no obedecieran sus ordenes, bien solo tenían que apresurarse
cumplir con los objetivos ya trazados y luego se encargaría de dar caza a los
traidores… tomando su celular marco el numero que ya se conocía de memoria.
-
Bien pongámonos en marcha – la voz al
otro lado de la línea le indico que ya estaba todo listo, la sonrisa cruel que
se extendió por su rostro habría congelado, aterrado a cualquiera pero sus
hombres solo sonrieron satisfechos demostrando que eran iguales de fríos y
crueles que el – andando.
Se desnudaron sin perder tiempo dejando que el
calor que conocían de memoria recorriera sus cuerpos t pronto se vieron sobre
sus cuatro patas completamente transformados, un lobo gris y dos color arena
uno más oscuro que el otro estaban ahora en el lugar donde habían estado los
humanos hacía solo un momento. Abandonaron la cabaña con paso decidido, Jasón
estaba harto de contratiempos y cambio de planes e iba a tener su venganza y
nada ni nadie se iba a interponer… había llegado su hora y saldría ganador costase
lo que costase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario