sábado, 8 de junio de 2013

Omega, III Parte


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Tori cerró la puerta tras ella y apoyándose en la madera intentando llevar aire a sus pulmones, el cuerpo entero le temblaba a causa de la emoción, nunca en su vida un hombre la había besado así. No era una puritana sin experiencia aunque si virgen, vagamente se preguntaba si debería revelarle ese detalle a Ben… jamás había sentido tanto deseo por entregarse a un hombre y ella había tenido un par de novios en la universidad pero las cosas no habían pasado más allá de besos y caricias y claramente era por esa razón que ellos se habían alejado de ella, tal vez ya en ese entonces su cuerpo sabia a quien pertenecía o su mente se había aferrado a la idea de que Ben sería el primero y el único hombre en su vida, porque hacía un momento ella había estado dispuesta a que él la tomara en la sala sin ningún tipo de pudor… sintió el calor recorrer su cuello y agolpase en sus mejillas definitivamente eso habría sido muy vergonzoso.
Había regresado a Great Falls buscando sentirse en familia de nuevo y había recibido más de lo esperado, era la pareja de Ben O’ Brian y un Omega bueno la parte del Omega aun no lograba entenderlo del todo y era algo que tendría que discutir con John más adelante porque justo ahora en lo único que podía pensar con claridad era en el sexy hombre que la esperaba en la sala, no había mentido cuando le había dicho que era bueno que no la hubiera notado cuando tenía quince años, porque en esa época no era el mejor momento y ella no había madurado lo suficiente.
Ahora que lo pensaba ellos jamás habían estado cerca el uno del otro y cada vez que él se acercaba ella se escondía demasiado tímida para decirle hola, nueve años después estaba siendo recompensada con su amor para siempre… ella ya se había hecho la idea de que posiblemente seria reclamada o cortejada por algún miembro de la manada pero ciertamente ser la compañera destinada de Ben era mucho mejor.
Camino hasta el sofá de una plaza donde había dejado su chaqueta y se la puso en un fluido movimiento, se dirigió al baño donde cepillo sus dientes y peino un poco su cabello recogiéndolo en una cola de caballo,  no se maquillo porque la verdad  nunca le había gustado y ciertamente solo tenía en su poder nada más que un brillo labial, rápidamente se aplico un poco en los labios y salió fuera de la habitación… bajo los escalones de dos en dos mientras lo veía ponerse de pie y sonreírle, modio su labio inferior mientras lo recorría con la mirada.
De tés ligeramente oliva, seis pies con dos pulgadas de altura (1.90) lleno de músculos, ojos verdes en un rostro anguloso y varonil, cabello negro muy corto, definitivamente era un hombre extremadamente apuesto y sexy y era todo suyo… tomo la mano que le ofrecía y juntos salieron de la casa, sonrió cuando le abrió a puerta de la Suv y una vez estuvo acomodada dio la vuelta subiéndose al puesto del conductor.
Avanzaron en un cómodo silencio, suspirando se acomodo en el asiento admirando la puesta de sol en el horizonte, naranja y rojo creaban un contraste precioso en el cielo a medida que el sol se ocultaba… el reloj del salpicadero marcaba ya las seis de la tarde y mientras la noche caía suave y serena las calles se llenaban de vida.


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El denso bosque era parte del atractivo de la ciudad, cerca podía escucharse los Giant Springs considerado el segundo manantial de agua fresca más grande del mundo, un hermoso atractivo turístico del que los habitantes de la ciudad se sentían orgullosos… pero en el bosque se esconde algo más peligroso que animales propensos a ser el premio de caza de los cazadores y justo ahora avanzaba hacia la cabaña que se había convertido en su escondite.
Con casi dos metros de altura fuerte y atlético Jasón Piers es un alfa renegado y lo que más ansia justo ahora es apropiarse de la manada y el territorio de Great Falls, nueve años atrás lo había intentado aprovechándose de la ventaja que le daba ser el beta del alfa John O’ Brian su primo, muy pocos sabían de ese parentesco pero su madre quien era medio hermana del padre de John había sido repudiada de la manada de manera injusta. Se había ido embarazada y había terminado casada con un borracho abusivo que los golpeaba a ella y a él cuando se le antojaba hasta que termino por matarla y él se vio solo y en las manos de ese miserable.
Cuando la familia O’ Brian lo había rescatado y se había vanagloriado de ello él se había tragado su rencor en silencio y por años lo había mantenido bajo control alimentándolo de a poco y cuando había creído estar listo había atacado la jerarquía de la manada desafiando a John por el liderazgo de la misma pero había perdido en el desafío frente a su primo, humillado y furioso había llevado a cabo un plan en contra de la familia entera pero Frank Evans se había interpuesto en su camino y en castigo él lo  había emboscado y asesinado y a su compañera también… Ahora tenía una nueva oportunidad y esta vez no pensaba fallar, ahora no estaba solo y eso jugaba a su favor.
Se adentro en la cabaña, ahora era el líder de su propia manada todos renegados, expulsados de sus antiguas manadas igual que él, dejo la botella de Whisky sobre la mesa y fijo la mirada en los negros ojos de la mujer sentada frente a él al otro lado de la mesa.
-          ¿Qué haces aquí? Sabes que no nos conviene que te descubran – tomando un par de vasos de la cocina volvió a la mesa dejándose caer en la otra silla.
-          No tienes de que preocuparte querido, se lo que hago – asintió lentamente mientras servía en los dos vasos – Eileen planea hacer una barbacoa en honor de la recién llegada.
-          Es bueno saberlo – envió uno de los vasos a través de la mesa mientras le daba un largo trago al suyo, el calor del Whisky quemo su garganta – necesito que averigües un par de cosas sobre ella.
-          ¿Por qué te interesa tanto? – Jasón gruño, sus ojos volviéndose dorados por el despliegue de poder ante el tono altanero de la mujer y ella tuvo la decencia de bajar la cabeza reconociendo su poder – ¿Por qué necesitas saber sobre la hija de los Evans?
-          Ella tiene algo que quiero – sonrió socarrón, había estado en la terminal cundo ella había llegado esa tarde y como buen lobo había sido consciente del peculiar olor que desprendía la muchacha. Hacia mas de cien años que no había nacido un Omega y ella lo era, raros y extremadamente poderosos y el iba a obtener ese poder – ahora vete antes de que lleguen los demás, ya sabes que hacer.
Ella dejo la cabaña y esperaba por su bien que cumpliera con su trabajo o pagaría con creses si fallaba, se acomodo en la silla cruzando los tobillos y los brazos detrás de su cabeza satisfecho con la puesta en marcha de su plan, tendría a la pequeña Omega bajo su control y lo disfrutaría muchísimo, después de todo la mujer era hermosa y estaba seguro que gozaría reclamándola y obteniendo todo lo que quería sin ningún esfuerzo y eso incluía la manada de su primo, el se merecía ese lugar más que el idiota de John y esta vez nadie impediría que lograra lo que tanto anhelaba.


***


Definitivamente la cita había sido la mejor idea, ahora sabia que Ben hacía mucho tiempo que se había alejado de Cindy y no lo culpaba puesto que la mujer parecía ser una arpía… habían disfrutado de los juegos compartiendo la alegría y las risas contagiosas del ambiente reinante en la feria, se habían topado con algunos miembros de la manada quienes los habían saludado y dado la bienvenida y no había podido evitar sonreír ante la actitud sobre protectora de Ben, sabía que no se calmaría hasta que estuvieran acoplados… para muchos podría parecer todo lo que estaba sucediendo entre ellos demasiado rápido e increíble pero así era entre los cambia formas, era parte de lo que eran además ayudaba mucho el hecho de que ella ya lo amaba.
Ahora sabía que era un hombre leal y honorable que amaba profundamente a su familia y a la manada, que estaba orgulloso de ser el ejecutor de la manada y el jefe de policía de la ciudad y aunque esto último ella lo sabía gracias a Liam era fascinante ver las emociones reflejadas en su rostro cuando hablaba de su trabajo, era muy protector con los suyos y el orgulloso dueño de la Suv en la que Dana la había ido a recoger a la terminal y en la que ahora viajaban de regreso a casa , estaba completamente segura que aunque él no la hubiera escogido como compañera ella igual se habría enamorado de el nuevamente. Ben era un hombre maravilloso y ella lo amaba con todas las fuerzas de su corazón.
Las personas normales sufrían demasiado por cuestiones del corazón y sentimientos pero los Were amaban una solo vez y era para siempre así que en ese sentido ella sabía lo afortunada que era y estaba agradecía por ello.
-          Muy bien señorita ya está sana y salva en casa – sonrió divertida mientras se quitaba el cinturón de seguridad y saltaba fuera de la camioneta – deberías dejarme ser un caballero.
-          Puedo abrir la puerta de vez en cuando eso me hace autosuficiente.
-          ¿Cuándo te integraras a la veterinaria?
-          El lunes, la verdad me pican las manos por empezar a trabajar – ansiaba ganarse un lugar propio en la ciudad además de solo ser la compañera del jefe de policía, amaba su profesión y sabía que solo se sentiría completa cuando comenzara a ocuparse de los animales.
-          Lo harás bien.
-          Gracias – avanzaron hacía la casa y lo miro confundida cuando se detuvo en el umbral de la puerta – no… ¿no entraras?
-          No, debo pasar por la oficina… nos veremos mañana para una segunda cita ¿de acuerdo?
-          Segunda cita uh…
-          Si ¿Te gusta la idea? – la acorralo entre la puerta y su cuerpo, su boca a centímetros de la suya, sentir el calor de su cuerpo contra el suyo era el paraíso.
-          Uh… aja – sus bocas se unieron lentamente, disfrutando del contacto, explorándose mutuamente sin prisas… aun esperaba despertar y descubrir que todo había sido un sueño. Sus manos se movieron casi por voluntad propia hasta su cuello acercándolo aun mas a ella deseando sentirlo por completo, tal vez debería pedirle que dejara de ser un caballero y la tomara inmediatamente.
Gimió complacida, saboreando su sabor almizclado y masculino maldijo su necesidad de respirar cuando tuvieron que separarse, sus miradas se encontraron y ella pudo leer claramente en sus ojos verdes oscurecidos por el deseo y la excitación su propia frustración. Se alejo poniendo distancia entre sus cuerpo no queriendo llevar al limite su autocontrol.
-          Buenas noches Ben – le dio un beso en la mejilla antes de abrir la puerta y adentrarse en la casa, la sonrisa tonta plantada en su rostro mientras subía por las escaleras y avanzaba por el pasillo hasta su habitación.
Aun en trance se desnudo y volvió a colocarse el pijama con el que había pretendido dormir la siesta temprano en la tarde, el reloj ahora marcaba las nueve de la noche en punto y mientras se hundía entre las sabanas dejándose llevar por el sueño su mente repasaba una y otra vez todos los sucesos de la tarde. Su vida había cambiado totalmente y para bien en apenas unas horas desde que había llegado a Great Falls y no podía estar más feliz por ello.
Haber regresado definitivamente había sido la mejor decisión que había podido tomar, sus padres habían sido extremadamente felices hasta que el destino les había jugado una mala pasada y ahora ella esperaba poder ser la mitad de feliz de lo que habían sido sus padres y estaba segura que estuvieran donde sea que estuvieran después de su muerte ellos continuaban cuidándola… suspiro feliz con el rostro sonriente de Ben llenando su mente se dejo llevar por la inconsciencia.

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